CONSERVAR LA NATURALEZA

CONSERVAR LA NATURALEZA

El tema de que es necesario conservar a las especies genera mucho debate. Por un lado, están los amantes de la naturaleza que salvarían hasta la especie más escasa y aparentemente predispuesta a la extinción por causas naturales (pues la extinción de especies siempre ha existido), porque piensa que cada especie tiene valor, por otro están los grandes tratados políticos y las redes de financiación de proyectos de preservación de ecosistemas o especies como la red Natura2000 en Europa, que chocan con intereses económicos y se enfrentan al dilema de qué merece la pena conservar en base a los intereses del ser humano, de los costos monetarios y de las consecuencias de un determinado proyecto en la evolución de una región, para las poblaciones u otras especies. Por ejemplo, recuerdo de una conferencia sobre la conservación, que se dijo: “a veces es muy difícil determinar qué es lo que se quiere conservar: una gran parte del dinero destinado a la conservación se emplea para paralizar las sucesiones biológicas de un ecosistema”.

Es evidente que las leyes que tratan de proteger la naturaleza chocan continuamente con las actividades económicas de los humanos. Muchas de estas actividades se hacen sin conocimiento previo de cómo puede afectar a los recursos, especies o poblaciones locales. Un ejemplo es la sobrepesca o la gran cantidad de tierras que se emplean para producir alimentos para ganado, vertidos orgánicos agrícolas o urbanos que promueven la multiplicación de algas y que acaban destruyendo toda la fauna de un lago o mar interior, o como ocurrió en el Mar de Aral, trasvases del agua de sus afluentes para agricultura en zonas desérticas, además de la contaminación. Otro ejemplo serían los grandes proyectos de extracción petrolífera o de minería industrial, o que se haya generado el mayor vertedero del mundo en un giro oceánico de corrientes en el Pacífico, con el fuerte impacto que tiene en la vida del océano por envenenamiento, asfixia, confusión…

Más que la necesidad de conservar, se impone la de no destruir por desconocimiento o indiferencia. Cuando se habla de la gran cantidad de especies que están desapareciendo en muchas publicaciones aparece como cabeza de turco el cambio climático, lo que me parece un caso brutal de desinformación científica. Entre otros grandes responsables se menciona al exceso de población, la medicina natural o la medicina tradicional china, es decir la enorme demanda de una población llana ignorante de productos que se obtienen directamente de animales salvajes y plantas silvestres poco abundantes. Rara vez en publicaciones importantes se pone como problema la despiadada actividad de las grandes empresas o el mantenimiento de la pobreza extrema en gran parte del planeta, la cual favorece la caza incontrolada, el mercado de bushmeat (carne salvaje de grandes simios entre otros animales), etc.

Cuando se habla de conservar la naturaleza, ¿se puede comparar con una lata de sardinas en conserva? ¿Va a tener el ser humano completo dominio sobre qué especies viven y mueren, hasta tener que mantener con su propio esfuerzo a cada una de ellas? ¿Son eficaces las estrategias de conservación cuando su destrucción continúa, se puede confiar en que se está aplicando lo que llaman “desarrollo sostenible”?

Yo apoyo que se hagan esfuerzos para salvar a las especies y los humedales, ríos, bosques, selvas, arrecifes de coral, manglares, desiertos, glaciares, mares interiores y otros muchos ecosistemas sigan estando en buen estado, si es necesario con la intervención humana. Primero porque son necesarios para la humanidad, aportan grandes bienes que además se renuevan continuamente. Y luego por la diversidad de animales y plantas que albergan, no solo en número de especies sino en diversidad genética de cada especie, que les permite resistir mucho mejor los cambios ambientales. Pero esto no es lo que pretenden las grandes organizaciones como la ONU, ni los tratados políticos. Estos, antes que oponerse a la principal causa de la degradación del ambiente, como es el monopolio de los recursos del planeta en corporaciones inmensas que lo único que buscan es aumentar sus beneficios y que causan más daño que la peor de las erupciones volcánicas, mantienen categóricamente que la degradación es inevitable por la gran cantidad de personas que hay en la Tierra. Es cierto que, por ejemplo la desaparición de una subespecie de rinoceronte negro ha sido causada por la demanda de partes de su cuerpo por la medicina tradicional china y que esta se dedica a capturar varias especies en peligro de extinción, pero su efecto no es ni un soplido en comparación con los martillazos de las grandes corporaciones. Pero esto no aparece en los grandes tratados, es más, las grandes corporaciones que más degradan el planeta, gastan mucho dinero en su propio lavado de imagen, se colocan etiquetas y símbolos de color verde, y es muy raro que decidan disminuir sus beneficios con tal de no causar daños al ambiente. En actividades que van mucho más allá de las necesidades humanas.

El tema de la conservación del medio ambiente tiene una mordaza. Mientras los verdaderos culpables siguen con sus crímenes contra el planeta, los que deberían velar por él siguen con su negocio del co2, su propaganda verde, aunando grandes fondos de dinero inútil para una supuesta recuperación de la naturaleza que podrían resolver el hambre en el mundo, y diciéndole a las personas que ahorren agua y co2. Este planeta está en manos de hipócritas a los que no les preocupa hacer bien su trabajo, aunque sea uno de los trabajos con más responsabilidad del mundo.

9 comentarios sobre “CONSERVAR LA NATURALEZA

  1. Gracias por escribir esto. La naturaleza siempre ha sido una de mis pasiones y pensar que la estamos destruyendo me entristece mucho.

    Pero se puede hacer algo y cuidarla más.

    Me gusta

Deja un comentario