Recuerdo un video en que que aparecía un fragmento de una entrevista a Edward Bernays, el padre de las «Relaciones Públicas» y de la manipulación de las masas ( de él hablaba en este post DISEÑAR LA MENTE) donde el presentador le hacía esta pregunta: «¿Doctor, por qué cree que la gente toma en serio lo que dice?» a lo que éste, con una sincera sonrisa, respondía: «Tal vez porque me ha llamado doctor». Bueno, aproximadamente eso:
Y es que el criterio de autoridad está más vigente que nunca. La opinión de una persona no cuenta si no tiene un título que la haga valedera, un certificado que haga que pueda ser llevada a la práctica. Tu puedes emitir tu opinión, pero no importa lo que tú pienses salvo que hayas pasado por el debido proceso, casi como un rito religioso de iniciación. ¿Queda algún campo que no funcione así? Desde la ciencia más puntera hasta el reparto de pizza, desde la política hasta la agricultura. Es el fundamento de la enseñanza: todo está invadido por el profesionalismo, la exigencia y la supervisión, y los mismos que han pasado la «prueba de fuego» se convierten en vigilantes y jueces de su especialización, su competencia, o como quieran llamarlo. Y se vincula tanto la palabra «profesional» con el «conocimiento» que de ahí a conceder una autoridad hay un solo paso. Corremos un doble riesgo: el primero y el más grave, es pensar que no merece la pena opinar o formar parte de algo de lo que se está excluido del círculo de profesionales. El segundo, es que los profesionales se equivoquen.
Quizás uno de los más críticos con el profesionalismo dentro de la ciencia haya sido Paul K. Feyerabend, del cual me quedé con una frase: «Para hacer algo no hace falta ser un experto, solo saber lo fundamental y esforzarse mucho«. También dijo:
“Tengo una gran opinión de la ciencia, pero muy pobre de los expertos, aunque actualmente ellos determinen la ciencia en un 95 por 100. Creo que son diletantes los que han sacado y todavía hoy sacan adelante a la ciencia y creo también que los expertos sólo consiguen paralizarla”.“Considero expertos a aquellos hombres y mujeres que han decidido llegar alto, muy alto, en un ámbito delimitado, a costa de un desarrollo equilibrado. El experto ha resuelto someterse a determinadas normas que le limitan de múltiples formas incluyendo su estilo y su manera peculiar de hablar y está dispuesto a dirigir la mayor parte de su vida consciente de acuerdo con estas normas”
Vivimos en una sociedad pletórica, nunca habíamos tenido acceso a tanta información, y sin embargo, cada vez se excluye a más gente de la toma de decisiones o de la participación en «campos especializados». Una cosa buena, la difusión de la cultura y de la información técnica, tiene su cara opuesta en la exclusión de enormes masas de gente de ciertos temas reservados. En lugar de expandirse como el agua que rebosa de un vaso, la aplicación de todo ese conocimiento se polariza, se estandariza, se reserva al criterio de una minoría. ¿Qué consecuencias tiene eso?
Que la toma de decisiones la determina: primero el dinero, luego el dogma. Pasa demasiado a menudo, que no siempre. Posiblemente tú o yo ahora mismo creamos en un montón de dogmas sin darnos cuenta de que lo son. Los fundamentos de «la sociedad» posiblemente estén plagados de dogmas: se aceptan como verdaderos en si mismos por el simple hecho de que «así son las cosas». Yo creo que es un tema interesante del que hablar, por eso lo dejo caer de un golpe, sin entrar en materia. Pues al final es posible que lo que parece una difusión del conocimiento se convierta en el imperio de las fantasías de unos pocos, con una fuente identificable de origen. O que el profesionalismo sea un límite y no un progreso para los seres humanos. ¿Esto es peligroso o estoy alucinando?
AVISO: este post podría ser perfectamente una continuación de «RELACIÓN ENTRE ESCLAVITUD Y LAS ESCUELAS».
En unas cuantas palabras más vendría a ser esto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_verecundiam
saludos
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tampoco creo mucho en los expertos,la ciencia continuamente tiene que revisar principios que antes daba como irrebatibles, todo lo que hace 150 años era imposible hoy se ha logrado ( volar , viajar a la luna, etc )ser experto en algo y neófito en muchas cosas impiden ver otras realidades y solo cuestionando las cosas se consigue avanzar, hay principios y leyes que ni tan siquiera conocemos
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Es lo que se puede resumir en una frase vulgar que, por desgracia, se escucha mucho: «Es verdad porque lo han dicho en la tele»… El sueño de Bernays hecho realidad.
PD: Buen artículo y, por lo que veo, interesante blog. Aquí tienes un nuevo lector.
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Se agradece, empiezo a ver la recompensa de escribir tanto : ) El blog tiene fallos como boquetes pero con vuestro apoyo espero que mejore. Un saludo !
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Sencillamente ¡¡D-E-L-I-C-I-O-S-OOOO!!!¡HMMM!.No tengo más que añadir.Además para contar algo,antes se me tiene que pasar la emoción…
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Muy extraño tu comentario… ¿nos lo explicas?
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Sabía que me ibas a decir eso,je,je.Ahora que me he recuperado de la emoción lo digo.Cuántas veces hablando con alguien,he notado que al mencionarse a una «autoridad» la gente da por sentado que lo que dice ese personaje es la pura verdad o vale mucho más que lo que aporte alguien que no está respaldado por un título.Si a Pierre -Paul Riquet,cuyo trabajo(feo oficio,por cierto)era el de recaudador de impuestos en el siglo XVII,el rey Luis XIV le hubiera exigido el título de ingeniero,el canal del Midi,que cuenta con 240 Kms desde Toulose hasta cerca de Marsella,con sus enormes plátanos centenarios y el lago artificial de la Montaña Negra,no existiría,por ejemplo y máxime si tenemos en cuenta que según la historia,nadie era capaz de solventar los dos grandes problemas que se presentaban para construirlo.
Cambiando de tema,la gente que se acostumbra a confíar excesivamente en las «autoridades»corre el gravísimo riesgo de ser engañada y mentalizada por éstas,de manera que se crea como una especie de «secta».Siempre me asombró,que a nadie se le pasara por la imaginación que con algo tan sencillo como la máquina de hacer dinero y quienes la manejan y tienen toda la potestad sobre ella,no pudiera haber «gato encerrado».Eso me alucinó siempre muchísimo y ahora gracias a Internet veo que no estoy sola.Asímismo,con decir que la economía es algo «mu complicao» y que sólo los «ejpertosh» pueden contar cosas(aunque no se les entienda un carajo)sobre ella,ya se quedan tan conformes.
Otro ejemplo:conocí a quien estimaba la labor y los mensajes de José Saramago y tiraba por los suelos todo lo relacionado con Lucía Echevarría,a pesar de no haber leído ni al uno ni a la otra,cuando a mí me gustan sobremanera los dos,porque los dos aportan ideas enriquecedoras acerca de la condición humana y los engaños mediático-políticos.
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Estupendo artículo en el que coincido prácticamente en su totalidad.
Como decían los que sabían, «solo se que no se nada», máxima que deberíamos aplicarnos todos.
Abrazos.
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la ciencia mata el misterio, odia el msterio debe exlicarlo todo por lo cual mata al espíritu humano y ambien al progreso que tanto dice defender. no defiende siempre al progreso sino al dogma, muchos expertos pagados se han transformad en los homónimos de los sacerdotes de l edad media
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De acuerdo con los dos ultimos comentarios, por desgracia está en la mentalidad de muchos científicos el creer que, por serlo, son detentadores de la verdad: ¡y nada más lejos de la realidad! Muchos de ellos piensan realmente así. Pero la ciencia en si no es dogmática, de hecho la ciencia no es más que una serie de descubrimientos continuos, y aquél que comprende un poco lo que es la ciencia, sabe que no es una acumulación de conocimientos que genera un acercamiento mayor y creciente a la realidad, sino que cada teoría o hipótesis contribuye a abrir aún más el misterio, y que en vez de limitar, enriquece la diversidad de puntos de vista.
Otra cosa que no me gusta de la ciencia hoy, es que está desligada de la sociedad, se considera algo aséptico, o incluso algo ajeno a lo que la sociedad debe adaptarse. Pues no, una de las maravillas de la ciencia es que permite desarrollar tecnologías, permite nuevos caminos para contribuir positivamente en la sociedad (y también negativamente). Sin embargo, los científicos se consideran devotos de una especie de nebulosa abstracta e intocable, desapegada del devenir social, del subjetivismo humano o del arte, por ejemplo. Paul K. Feyerabend dice en su famoso libro (Contra el método) que en realidad no debería haber tan clara distinción entre ciencias y artes, siendo que la ciencia es un tipo de arte, se requiere ingenio creativo tanto como en otras artes. Aparte de lo que sea o no la ciencia, un científico no se considera responsable de cómo la sociedad funciona, por lo general, se condieran incapaces de influir, o ven esta influencia como algo incorrecto o irresponsable.
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Pero esto ocurre en los trabajos «mejor pagados» y ocurre mucho, tienes que demostrar que eres un verdadero experto . Sin embargo en los trabajos peor remunerados se obliga a la gente a reciclarse, un término que utilizan mucho. Yo por ejemplo he tenido bastantes trabajos, todos precarios, y no tenían mucho que ver unos con otros. Y es algo que ocurre cada vez con más frecuencia.
Ahora la nueva moda es contratar a personas para lo que llaman un periodo de formación y prácticas ,esto es solo una forma de tener a personas que trabajan totalmente gratis, luego las cambian y así..y hay pequeños empresarios que también lo hacen ahora.
Sin embargo, es considerado algo normal ya por todos, forma parte del buscarse la vida por uno mismo.
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