NO CONSUMIR: UN ARMA PACÍFICA.

Muchos de los que estáis leyendo esto y a nivel material seguramente os encontráis en un nivel medio, mirando la estructura planetaria del acceso a bienes de consumo. Como en tantos aspectos, el mundo se organiza por grados formando un modelo de pirámide, la figura geométrica con la que se podría definir todo lo emanado por el capitalismo. Hay un porcentaje del mundo que vive en la extrema pobreza, dependiendo de lo que uno considere por esos términos: visto desde la capacidad de consumo, estas personas tienen realmente muy poca. Hay otro porcentaje, también bastante amplio, que tiene una capacidad de consumo que podríamos llamar suficiente para sobrevivir, o más allá pero sin llegar al lujo extremo o a un innecesario sibaritismo, personas que no aspiran a tener más de lo que tienen y que procuran mantenerlo. Estas personas disponen de casa, ordenadores, coches, aire acondicionado y calefacción, luz eléctrica, televisores, acceso a servicios sociales, etc. En estos tiempos, y como parte de la estrategia financiera a la que llamamos eufemísticamente crisis, se les echa la culpa a estas personas por haberse excedido en su capacidad de consumo. Ellos, que no tienen ni la más mínima culpa de la situación de estancamiento del ciclo capitalista de producción y consumo siempre crecientes, como ya vimos en esta entrada LA VERDAD SOBRE LA CRISIS: EXPLICADA son los que tienen en sus manos el arma del ‘no-consumo’.

Estas personas que pueden disponer de un nivel de vida adecuado y realizar decisiones sobre qué tipo de cosas consumir o no, tienen un verdadero poder porque su capacidad va más allá de todas las necesidades materiales. La gran mayoría de las mercancías y objetos manufacturados son consumidos por ellos de manera directa o indirecta. De manera directa, incluimos aquello que ellos van al mercado y compran cuando ya está acabado y fabricado. Pero de manera indirecta, son responsables de las materias primas utilizadas en la fabricación, la energía consumida, los transportes que han sido necesarios, y un montón de factores más que podría especificar un economista, que yo no lo soy. La mayor parte de la producción económica mundial se realiza para este grupo, en mucha mayor proporción que para aquellos a los que el sistema deja en la miseria. Esto significa, ni más ni menos, que el ‘no-consumo’ es un arma capaz de solucionar casi cualquier problema económico en este planeta.

Pero no es nada fácil de llevar a la práctica, no soy tan iluso. Las dificultades son increíbles. En primer lugar la más difícil es lograr un acuerdo de boicot colectivo a un determinado producto. El sistema es muy listo y hace que los objetos se vuelvan necesarios para la vida cotidiana de los consumidores, aún cuando no deberían serlo. Otra dificultad no es otra que la diferencia de precios, la competitividad capitalista hace que los productos de las grandes corporaciones sean mil millones de veces más accesibles y fáciles de encontrar que otros productos quizás alternativos a una posible iniciativa de boicot. Pero todo esto palidece ante la gran verdad de nuestro tiempo. En lo que se ha llamado la sociedad occidental, pero que está ya extendida como una invasión por todo el planeta Tierra, incluyendo los océanos, nos hemos convertido básicamente en consumidores, eso no es una simple cuestión numérica, es un cambio completo y absoluto en la forma de vida, es un individualismo enraizado en el inconsciente, totalmente artificial e inducido, que nos ha alejado de otros modos de vida humanos, mucho más colectivos y donde podíamos pertenecer a un grupo social mucho más amplio que la familia. Somos los encargados de consumir la mercancía producida por nosotros mismos en la espiral capitalista. Cuando producimos tanto que ya no podemos ‘tragar’ ni comprar ni utilizar nada, entonces llega una ‘crisis’ en la que hay mucho más de lo necesario para sobrevivir, pero las personas, aunque lo hemos producido todo, no tenemos acceso a ello. El hecho de que el trabajo sea la única forma para sobrevivir en este planeta, nos hace ver muy claramente que el principal método de control por parte del capitalismo mundial, el más importante, es el hacer que las masas humanas trabajen en esto o en lo otro. Nos podemos imaginar a una serie de tipos abriendo las puertas a determinados trabajos en determinados países. ¿Tiene la gente común control de esto? Para nada. El trabajo lo decide ‘el aire’ parece ser… en fin este tema me toca los cojones, sobretodo porque pienso que es el tema más importante del que debería hablar todo el mundo, y no lo hace casi nadie. ¿Quién dirige eso que se llama trabajo?

Si los del 15-M se hubieran referido al ‘no-consumo’ cuando gritaban aquello de:

Al sistema le hubiera entrado una diarrea nerviosa, un ataque de pánico habría cundido en el capitalismo si esas personas, miles, hubieran estado organizadas y conscientes de utilizar este recurso de lucha pacífica. Por desgracia, no se referían a nada en concreto cuando gritaban eso, de modo que al sistema le dio igual e incluso le favoreció, por el desahogo de los consumidores ante su pérdida de capacidad de consumo…

Y es que es así, todos coincidimos en que el pleno empleo es algo bueno, pero joder qué poca gente se para a pensar, a costa de qué conseguimos ese pleno empleo. Le damos muchísimas ventajas al capitalismo formando parte de él como consumidores sin criterio, desorganizados e individualistas. Voy a poner solo algunos ejemplos de cómo se podría utilizar este arma:

1) Problema: los programas de la televisión no tienen la suficiente calidad.

Reacción: una gran cantidad de personas dejan por completo de ver programas de baja calidad en la TV. Los programas dejan de ser rentables y no obtienen suficiente dinero para seguir realizándose y emitiéndose.

Consecuencia: otros programas, más favorables a la audiencia, les sustituirán.

2) Problema: el gobierno de la Comunidad Valenciana está financiando las deudas del Club de Fútbol del Valencia.

Reacción: La población se organiza y los partidos en los que juegue el Valencia se quedan vacíos de valencian@s. Deciden también no ver los partidos en la TV, y anular su afiliación al club.

Consecuencia: El Valencia deja de ser financiado por el gobierno, y procura hacer mejor las cosas.

[ Esto es solo un ejemplo más o menos ficticio, yo no estoy muy al tanto de los tejemanejes de dicho club, aunque algo había oído. ]

3) Problema: la gente se da cuenta de que usar sartenes con recubrimiento antiadherente de teflón puede favorecer que tengan cáncer (que así es).

Reacción: la gente se organiza y deja de comprar esas sartenes, sustituyéndolas por otras de acero inoxidable o de otros tipos.

Solución: Las sartenes de teflón se vuelven completamente minoritarias o desaparecen. O se busca otro tipo de recubrimiento, etc.

8 comentarios sobre “NO CONSUMIR: UN ARMA PACÍFICA.

  1. Me parece buenísimo a la vez q claro, pero como tu dices difícil por todo lo que expones y porque la gente no tiene conciencia que el consumo desaforado no llena huecos ni vacíos que tienen que ver con otros asuntos y hay que trabajarselo, «no se es lo que tiene» pero el dicho «eres lo que tienes» ha calado, porque aún siendo difícil y más ahora (crisis) es más fácil que SER. Un saludo

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  2. Si, pero eso va a ser absolutamente imposible, ya que somos muchísimos humanos, y para muchos dejar de consumir sería como dejar de vivir, así que dudo que ocurra.

    Muchas personas jamás querrían hacer algo así. Algunos lo intentarían, pero la mayoría no querría hacerlo.

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  3. Es muy dificil con la manera en que ahora vivimos, cada uno va a su bola y no hay acción colectiva alguna para influir en la economía. Pero es una acción directa y si la gente lo tomase en serio, se podría hacer de forma masiva. La cosa sería, cómo darle difusión, cómo hacer las campañas necesarias. Yo creo que no hay que perderlo de vista.

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  4. A ver, vamos allá porque aquí hay miga 🙂

    Me parece sorprendente q empieces el texto con la típica crítica desaforada al Capitalismo para pasar a desarrollar un argumento sobre el «no consumo» como estrategia a utilizar cuando, en realidad, los ejemplos concretos que planteas al final son una plena aceptación de que la ley de oferta y demanda (Capitalismo) es una realidad manifiesta bajo la que funcionan muchísimas partes del sistema humano, al margen, claro está, de la economía omnipresente en nuestro tiempo.

    Tú no estás planteando el «no consumo», estás planteando cambiar lo q se consume hacia productos más acordes en todos los sentidos con la escala de valores aceptada en este tiempo.

    Otra cosa que me parece increíble es que califiques a los «consumidores sin criterio» como individualistas, pues te recuerdo que ese tipo de consumidor es el mayoritario y por ende ellos son colectividad y los consumidores individualistas son los que utilizan su criterio propio para valorar muchos más aspectos que el precio a la hora de consumir.

    En realidad, aunque no te das cuenta pues para ti eso es inconcebible, estás diciendo que:

    El Capitalismo es reformable con el simple gesto individual de cambiar el modo en que consumimos. O el, también individual, gesto de trabajar en generar una corriente social respecto al asunto para que la mayoría de la población que sólo sigue la corriente disponga de una corriente alternativa a la que seguir.

    Y yo digo:

    La realidad generadora de todas estas contradicciones de tu discurso y del de tantos otros está en la multitud de dogmas de fe que en base al Marxismo se han introducido en el imaginario colectivo como verdades inamovibles.

    Por desgracia la mayor parte de los individuos que asumen y defienden esos dogmas de fe como verdades (Yo también lo padecí) son condicionados a ello en la adolescencia como si de «perros de Pavlov» ideológicos se tratase.

    Dado que este condicionamiento tiene lugar antes de que el individuo haya terminado su maduración personal a la gran mayoría le resulta imposible cuestionarse si una parte de «sus» ideas no son correctas, además, claro está, que toda ideología sustentada en movimientos de masas tiende a expulsar de su entorno a todo individuo que se cuestione nada de ella.

    Para rematar mi posición:

    El tan recurrido argumento de que el ser humano es bueno por naturaleza y el capitalismo lo manipula y condiciona a hacer el mal es el equivalente de nuestro tiempo a aquello de que Adán era bueno pero la serpiente le convenció para coger la manzana y por ello Dios le expulsó del paraíso condenando a la Humanidad a ganarse el pan con el sudor de su frente eternamente.

    Del mismo modo podríamos hacer una comparativa general entre las ideas y la evolución de estructuras clericales del Cristianismo con las ideas y la evolución de estructuras político sociales de tintes Marxistas para contemplar que en ambos casos se han reproducido los mismos patrones de comportamiento con la única diferencia de que el Comunismo completó el recorrido de llegar a generar una inquisición en sólo unas décadas cuando al Cristianismo le costó más de un milenio.

    Esto se explica por el concepto «altura de los tiempos» que es como llamaba Ortega y Gasset a la velocidad histórica de Humanidad q ha sido siempre creciente de manera exponencial hasta llegar al tiempo real 🙂

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  5. Hola amigo Thoreao ;

    Veamos, yo pienso lo mismo que tú sobre la llamada ley de oferta y demanda, que es absurdo pensar que se cumple en la realidad, primero porque la demanda puede ser condicionada por los que ofrecen, y luego también porque no todo tiene las mismas posibilidades de proponerse ante la vista de las personas. Ni las personas eligen libremente, ni todas las posibilidades se permiten, por ejemplo, y sin complicarse mucho, si alguien pretende vender bombillas que durasen un millón de horas y no solamente mil, un logro ya realizado en el siglo XIX, esto sería elegido por cualquiera que tenga sentido común, pero no por los fabricantes capitalistas de bombillas y aparatos eléctricos, que perderían suculentos beneficios.

    Esto no significa que la estrategia del no-consumo no pueda tener un efecto. No quiero decir que sea la única variable de la ecuación, y que el mercado se adapte a los gustos y decisiones de los consumidores (que eso somos en este campo) pero desde luego, la pérdida de beneficios y de influencia comercial es un palo en su rueda. Ya sabes, esa rueda que aplasta vidas humanas y aniquila a otras especies en el planeta.

    Y tampoco creo que esta sea la única herramienta de lucha social, es solo una de ellas, a mi juicio bastante importante y necesaria, no la única hay muchas más de las que no paro de hablar en este blog, deseando que la gente se anime a tenerlo en cuenta 🙂 .

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  6. Hey! Me parecio interesante el tema, pero se le puede sacar mas chicha y hablar mas y mejor. Lejos de desanimarte pretendo una critica constructiva, me recuerda un poco la estructura al genero periodistico y me resulta gracioso.
    Tonterias aparte, para que tu y yo podamos vivir como vivimos x personas tienen que vivi r bajo unas condiciones inferiores y para que las clases altas puedan mantener su ritmo de vida el numero de perjudicados por este sistema aumenta. Todo se debe al ansia por querer mas y mas. Es lo que tiene el capitalismo. Las masas no tienen poder real hasta que las propias herramientas de las clases lideres no tomen conciencia de este abuso y los «lideres» se vean desprovistos de cualquier poder.
    Solo queria aportar mi opinion, vi tu link en twitter.
    Un saludo

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