¿SOMOS UNA SOCIEDAD DE ROBOTS? (PARTE VII)

Buenas, quiero hablar esta vez de un fenómeno que es muy fácil ver en cuanto sales a la calle y no son simples impresiones subjetivas, se puede ver en los actos, en los temas de conversación, en las caras de las personas, se trata de un fenómeno SOCIAL, que no se refiere a las personas en concreto, una por una sino a un comportamiento generalizado pero no por eso que ocupa el 100% del tiempo ni de las personas. No se trata de comparar a las personas con los robots, aunque así es como actuamos en muchas ocasiones.

Dice Oswald Spengler que en una cultura que está viva la gente es la que construye y crea y modifica, en una muerta el entorno es el que moldea y ‘pone en su sitio’ a la persona. Esto tiene una consecuencia inevitable: las personas se parecen mucho entre si, porque sus vidas han sido construidas y dirigidas desde fuera hacia dentro, en lugar de ser ellas mismas las que, alterando la realidad en la que viven, aporten a su existencia una originalidad. Pues eso es lo que está pasando amigos, cuando salgo a la calle tengo la impresión de que las personas son todas casi iguales y no solo eso, sino que encuentran mayor éxito en la sociedad si sus ideas son defendidas por millones de personas, en vez de destacar, y si hacen y dicen lo mismo que tantos otros.

Poco espacio se nos ofrece en lo cotidiano para la creatividad, para buscar soluciones a nuestros problemas, para construir un futuro. Las personas nos abandonamos, y tiramos a la basura gran parte de los planes o ideas que nos gustan o interesan realmente y que nos harían felices, dejándolos en ‘stand by’. Se echan en falta elementos colectivos que nos hagan percibir que formamos parte de la sociedad, y por el contrario, lo que predomina es un individualismo extremo. Que, evidentemente, no es natural ni propio de nuestra etología como especie, sino que potenciado e inducido por el estilo de vida que tenemos.

Ante esta situación insatisfactoria y deprimente, es fácil ver cómo la gente nunca parece contentarse con lo que tiene, hay una insaciabilidad, nunca estamos contentos. En nuestro entorno urbano siempre hay obras, aperturas de nuevos centros comerciales o tiendas, eventos y espectáculos, y en cada metro cuadrado una llamada al consumismo, del tipo que sea. Nada es fijo, por las carreteras no se detiene el tráfico, y el tener prisa es la normalidad, como si el mundo fuera un lugar desconocido y peligroso.

Mucha gente tiene miedo a quedarse sola, se droga para subsistir, o mata su tiempo en entretenerse con distracciones, ante la soledad y la imposibilidad de aplicar ideas y soluciones en un mundo inmune a toda iniciativa personal, donde a cambiar algo se le llama locura y atrevimiento.

Se dice mucho también que vivimos en la era de la información, y es totalmente cierto. En una sociedad que no comprendemos de manera directa y espontánea, en un mundo del que realmente no nos sentimos parte sino intrusos, es lógico desear suplir esa falta de comprensión con toneladas de datos e informaciones, no importa mucho que tengan sentido o no, basta con que ofrezcan una ‘realidad’ paralela a la experiencia diaria.

Me gustaría que la gente pudiera darse cuenta de que vivimos en una sociedad cada vez más deshumanizada.

Cualquier persona debería poder vivir en libertad siguiendo sus principios, y tomar las riendas de lo que quiere para su vida, y no hacer lo que le dictan otros, pero hoy esto es cada vez más difícil.

Vivimos en un mundo dominado por la competencia , la falta de empatía y de valores humanos.

Intentan convertirnos en máquinas de trabajo para su servicio, transforman sentimientos en negocio.

Trabajamos básicamente para ellos, para todas esas personas que están en el poder, y evidentemente quieren que seamos lo más dóciles posibles, intentan convertirnos en robots.

Quiero pensar que todo esto puede cambiar y que todos podemos tener una vida diferente. Necesitamos unos mejores valores que puedan guiarnos y ayudarnos en nuestra vida.

No podemos dejar que nos convierten en máquinas que utilizan para conseguir sus beneficios.

En este tipo de sociedad en la que vivimos es muy normal caer en el desánimo, muchas personas tienen miedo, inseguridades, se sienten desamparadas .

Un problema muy grave que hace que las cosas sigan igual o incluso empeoren es que intentamos adaptarnos a ese modo de vida inhumano que nos imponen, esto es seguir el camino equivocado, debemos unirnos y luchar juntos para conseguir algo diferente.

Ya es hora de que terminemos con esta inercia y cambiemos las cosas realmente.

Tenemos buenas razones para hacerlo, y así poder darles a nuestros hijos un futuro y una vida mucho mejor que la que hemos tenido nosotros, en definitiva, una vida más humana.

MAGI

Te propongo que hagas una cosa. Cuando veas a otras personas por la calle, a tu familia o amigos, hazte esta pregunta: ¿están actuando por una voluntad propia, o están siguiendo pautas que otros les ordenan, como haría una máquina?

Y ahora mírate a ti mismo y hazte la misma pregunta.

¿Cuántos planes o intereses mantienes en ‘stand by’?

Ven al blog y cuéntanos. ¡Un saludo!