DERECHO CIVIL 1: LA HISTORIA CORPORATIVA.

Texto enviado por fpmadlax.

Nuestra Historia Oculta de la empresa en los Estados Unidos:

Cuando los colonos americanos declararon la independencia de Inglaterra en 1776, ellos también se liberaron del control por las corporaciones inglesas que extraían su riqueza, y dominaban el comercio. Despues de luchar una revolución para finalizar esta explotación, nuestro país (EEUU América), los fundadores de nuestro país retuvieron un miedo sano al poder corporativo y sabiamente limitaron las corporaciones exclusivamente a un papel de negocios. Las corporaciones fueron prohibidas para intentar influenciar elecciones, políticas públicas, y otros reinos de la sociedad civil/cívica.

Inicialmente, el privilegio de incorporación, fue dado selectivamente para habilitar actividades que beneficiaron al público, como construcción de carreteras, canales, etc. Habilitando a los accionistas para beneficiarse, fue visto como medio para dicho fin. Los estados también imponen condiciones (algunas de las cuales quedan en los libros, no usados), como estos*:

  • Cartas (de privilegios) de Corporaciones (licencias para existir), fueron concedidas por un tiempo limitado y pueden ser revocadas puntualmente por violar leyes.
  • Las Corporaciones podían emplearse solamente en las actividades necesarias para rellenar sus objetivos del Charter (carta de privilegios, cédula).
  • Las Corporaciones no podían poseer acciones en otras corporaciones ni poseer ninguna propiedad que no fuese esencial para rellenar su propósito de la Cédula (de la Carta de Privilegios).
  • Las corporaciones eran a menudo terminadas si excedían su autoridad, o causaron daño público.
  • Dueños y gestores eran responsables por los actos criminales cometidos en el trabajo.
  • Las Corporaciones no podían hacer ninguna acción política o de Caridad, ni gastar dinero para influenciar la creación de leyes.

Durante 100 años después de la Revolución Americana, los legisladores mantuvieron un control férreo de los procesos de cédulas (o cartas de privilegios). Debido a la expansión de la oposición pública, los primeros legisladores habilitaron muy pocas Cédulas Corporativas y solo después de debate. Las corporaciones estaban gobernadas por los Ciudadanos detallando condiciones de las operaciones, no solo en las Cédulas, sino también en las constituciones estatales y también sus leyes.

Los negocios incorporados, fueron prohibidos para tomar cualquier acción que los legisladores no especificaran claramente.

Los Estados también eran Corporaciones Limitadas mediante cédulas, para un cierto número de años. A no ser que una legislatura renovase una Cédula expirante, la corporación era disuelta y sus activos eran divididos entre sus accionistas. Las cláusulas de autoridad ciudadana, limitaba capitalización, deudas, poseesion de tierras, y a veces, incluso beneficios. Ellos requerían los libros de contabilidad de la empresa, para ser entregados a una legislatura, bajo requerimiento. El poder de los grandes accionistas estaba limitado por el voto escalado, así que grandes y pequeños inversores tenían los mismos derechos de voto. Los directorados enclavados eran fuera de la ley. Los accionistas tenían el derecho de quitar a los directores, a voluntad.

En Europa, las Cédulas protegían a los directores y los accionistas de la carga legal para deudas y daños causados por sus corporaciones. Los legisladores americanos rechazaron explícitamente este escudo corporativo. La pena por abuso o maluso de la Cédula legal, no era una súplica como ganga y una multa, sino la disolución de la corporación.

En 1819 la Corte Suprema de US intentó privar a los estados de este derecho soberano haciendo caso omiso de las decisiones de una Corte (de Justicia) inferior, que permitía a New Hampshire revocar un Charter habilitado al Darmouth College por el Rey George III. La Corte reclamó que desde que la Cláusula no contenia clausulas de revocación, dicho derecho, podría no ser aplicado. El ataque de la Corte Soprema sobre la soberanía de los estados cabreó a los ciudadanos.

Las leyes fueron reescritas y nuevas enmiendas constitucionales fueron pasadas en los Estados para evitar la regla del (Dartmouth College v Woodward). Durante varias décadas, empezando en 1844, diecinueve estados enmiendaron sus constituciones para hacer a las Cédulas Corporativas estar sujetas a alteraciones o revocaciones por sus legislaturas. Tan tarde como en 1855 parecía que la Corte Suprema había entendido el mensaje del pueblo cuando en Dodge v. Woolsey reafirmó el poder de los estados sobre «cuerpos artificiales».

Pero los hombres que gestionaban corporaciones apretaron. Las contiendas sobre las Cédulas (o Cartas) eran batallas para controlar el trabajo, recursos, derechos de las comunidades, y soberanía política.

Más y más frecuentemente, las corporaciones iban abusando de sus Cédulas para volverse conglomerados y Trusts (Fideicomisos). Ellas convirtieron los recursos y tesoros nacionales en fortunas privadas, creando sistemas de factorías y pueblos de las compañías. El poder político comenzó a fluir a los propietarios ausentes (propietarios ficticios como corporaciones o grandes magnates), en vez de a las empresas con raíces en las comunidades.

La era industrial forzó a una nación de granjeros a que llegasen a ser asalariados, y ellos llegaron a estar miedosos del desempleo, un nuevo miedo del que las corporaciones aprendieron rápidamente y los trabajadores que hablaban alto sobre sus derechos, llegaron a ser comunes.

Cuando los trabajadores comenzaron a organizarse, los industrialistas y banqueros contrataron a ejércitos privados para mantenerlos a raya. Compraron periódicos para pintar a los hombres de negocios como héroes y amoldar a la opinión pública. Las corporaciones compraron Legisladores estatales, y entonces anunciaron que los legisladores eran corruptos y dijeron que ellos usaban mucho del dinero y recursos públicos para escrutinizar cada aplicación para Charteres (cédulas de privilegios) y operaciones corporativas (o sea para dar a entender que no era necesario dicho escrutinio, por caro e inútil, y que las corporaciones eran buenas).

Los gastos del gobierno durante la Guerra Civil, trajo a estas corporaciones riquezas fantásticas. Los ejecutivos corporativos pagaron a barrenadores/alborotadores, para infestar el Congreso y las capitales estatales, sobornando a los Oficiales elegidos y nombrados, por igual. Ellos forzaron al gobierno a que crease una avalancha de generosidad financiera del Gobierno. Durante este tiempo los legisladores fueron persuadidos para dar a las corporaciones Responsabilidad limitada. Rebajando la autoridad ciudadana sobre ellos, y extendiendo la duración de los charters.

Intentos fueron hechos para mantener Leyes fuertes sobre Cédulas (Cartas de privilegios) en su lugar, pero con las Cortes (de justicia) aplicando doctrinas legales que hicieron la protección de las corporaciones y propiedad corporativa ser el centro de la ley constitucional (derecho constitucional), la soberanía ciudadana fue socavada. Como las corporaciones crecieron más fuerte, el gobierno y las cortes de justicia llegan a ser presa fácil. Ellas reinterpretaron libremente la constitución Americana, y transformaron las doctrinas de Common Law (derecho comun, o derecho natural).

Uno de los más severos vendavales a la autoridad ciudadana, surgió en la decisión de la Corte Suprema de 1886, en el caso de «Santa Clara County v. Southern Pacific Railroad». A pesar de que la corte no hizo ninguna reglamentación en la cuestión de «personalidad corporativa“, gracias a las notas engañosas de un empleado, la decisión subsecuentemente fue usada como precedente para mantener que una corporación era una persona natural. Esta historia fue detallada en «El Robo de los Derechos Humanos»(The Theft of Human Rights), un capítulo del recomendado libro de Thom Hartmann: Protección desigual (Unequal Protection).

Desde ese punto, la enmienda 14a de la Constitución, promulgada (en teoría) para proteger los derechos de los esclavos, fue usada rutinariamente para garantizar a las Corporaciones «personalidad» jurídica (o constitucional). Los «Justicias» (llamados así a ciertos o muchos jueces en EEUU) desde entonces han echado por tierra cientos de leyes locales, estatales y federales promulgadas para proteger a la gente de daños corporativos basados en esta premisa ilegítima.

Armados con estos «derechos», las corporaciones incrementaron el control sobre recursos, trabajos, comercios, políticos, incluso jueces y la ley.

Un Comité del Congreso concluyó en 1941, «El principal instrumento de la concentración de poder económico y riqueza ha sido el Charter (carta o cédula de privilegios) corporativo con poder ilimitado…»

Muchas corporaciones basadas en EEUU son ahora mismo transnacionales, pero la corrupta charter (carta o cédula de privilegios) permanece como la base legal para su existencia. En «Reclaim Democracy!», creemos que los ciudadanos pueden reafirmar las convicciones de los fundadores de nuestra nación que lucharon con éxito para liberarnos de la dominación corporativa en el pasado.

Estos cambios deben ocurrir en el nivel más fundamental – la Constitución de Estados Unidos.

Estamos endeudados con nuestros amigos  del «Programa de Corporaciones, Leyes y Democracia (POCLAD)», por su investigación, adaptada con permiso para este artículo. Las fuentes incluyen:

• Taking Care of Business: Citizenship and the Charter of Incorporation by Richard L.
Grossman and Frank T. Adams (published by POCLAD) was a primary source
• The Transformation of American Law, Volume I & Volume II by Morton J. Horwitz

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Fuente: http://reclaimdemocracy.org/corporate-accountability-history-corporations-us/

5 comentarios sobre “DERECHO CIVIL 1: LA HISTORIA CORPORATIVA.

  1. Le he hecho esta pregunta a Trevijano, a ver qué responde esta vez:

    Víctor, un oyente desde Valencia.

    ¿Podría explicar el origen de las cartas de privilegios (Chárter) para las corporaciones en Estados Unidos y su relación con los siguientes casos judiciales? :

    – Dartmouth College v Woodward (1819)
    – Dodge v. Woolsey (1853)
    – Santa Clara County v. Southern Pacific Railroad (1886)

    Imagino que no recordará con detalle estos casos, pero todos tienen que ver con los derechos de las corporaciones. Si no lo recuerda bien todo, sería interesante que respondiera la semana que viene.

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