LA DEPRESIÓN.

Hola, no vengo esta vez a hablaros sobre una depresión financiera ni de banqueros modificando balances y tasas de interés, aunque tiene algo que ver, sino de la depresión clínica, un estado por el que no es recomendable pasar. Se trata de un tema realmente muy serio, al parecer en un momento determinado una media del 6,7% de estadounidenses tienen depresión severa, según datos que ofrece el Instituto Nacional de Salud Mental de ese país. Muchos son los humanos que atraviesan por ese estado en algún momento de sus vidas. Si bien tiene mucho que ver con el modo de vida y acontecimientos graves que ocurren a nivel personal, esto no se puede separar de un estado fisiológico (en el cuerpo humano) que es común en los humanos con depresión independientemente de por qué sucedan. Las causas pueden ser muchísimas o un conjunto de ellas que a lo largo del tiempo desencadenan la depresión, de forma progresiva y lenta. Si bien es posible que las mujeres tengan probabilidades algo más altas que los hombres de caer en una depresión, según David Suzuki, nuestras respuestas al estrés son diferentes. Mientras que en general las mujeres ante el estrés responderían con depresión y ‘transtornos de ansiedad’ los hombres recurrirían al alcoholismo y al comportamiento antisocial.

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La depresión es un estado de malestar anímico y físico, se produce cansancio, sentimientos de culpabilidad hacia uno mismo, vacío, incapacidad de disfrutar con las situaciones que vivimos y lo que nos rodea, así como algunas veces, propensión al suicidio. En general se asocia con sentimientos muy profundos de decepción ante la vida. La depresión puede deberse a un acontecimiento traumático y doloroso que lo desencadena de forma repentina, pero es un estrés muy fuerte o prolongado en el tiempo quien provoca esto que ha llegado a considerarse como una enfermedad epidémica, estando discutido si en realidad lo es o no. Tales sentimientos son propios de ciertos momentos de la vida, pero hay veces que perduran de manera crónica a lo largo de muchos meses. Se ha demostrado que ello pone en peligro nuestra supervivencia y estado de salud.

LA INFLAMACIÓN.

La depresión ha sido vinculada, al menos en un alto porcentaje de humanos, a una producción elevada de factores pro-inflamatorios. El cuerpo cuando se ve enfrentado a una amenaza como por ejemplo una herida o una infección, emite factores inflamatorios que promueven una respuesta por ejemplo para reparar el tejido de la herida, o para aislar y eliminar la infección. Para que esto ocurra tienen que enviarse a una especie de mensajeros que se llaman citoquinas, para que circulen por la sangre avisando de que se ponga en marcha el proceso. Pero nuestro organismo sabe también cuándo frenar la inflamación para que no se exceda más allá de solucionar un problema.

Muchos estudios apuntan a que en aquellos que tienen depresión están elevadas las cantidades de las citoquinas que aumentan la inflamación (que son especialmente tres: la interleuquina-1, la interleuquina-6 y el Factor de Necrosis Tumoral alfa). La inflamación crónica es menos detectable que la aguda (por ejemplo, no genera fiebre alta, hinchazón o enrojecimiento de una parte del cuerpo) pero dura más tiempo y se produce en todo el organismo, y no en una parte localizada.

Muchas enfermedades, de las más comunes, están vinculadas a esa inflamación crónica de bajo grado: cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, Alzheimer, artritis, enfermedades auto-inmunes y neurológicas, y más. ¿Quiere eso decir que la depresión puede favorecer todas esas enfermedades? No está claro. Sí se ha visto que humanos que están enfermos del corazón o cáncer han desarrollado depresión. Pero las razones de esto pueden ser emocionales y no químicas en origen. La depresión también va asociada a un alto estrés oxidativo en el organismo e incluso a generación de anticuerpos auto-inmunes.

Esto permite explicar por qué el hacer o no ejercicio, el ingerir suficientes vitaminas o no, el estilo de vida y el estrés provocan la depresión. Sin embargo, no solo se debe a motivos puramente químicos, sino que también nuestros pensamientos, ideas, los fracasos y decepciones, o la sensación de arrinconamiento e impotencia, son poderosos depresores a medio o largo plazo.

NUTRICIÓN.

Hay varios nutrientes que se han demostrado capaces de influir en la depresión. Entre ellos está el omega-3, la vitamina A (o licopeno) y el selenio, de nuevo. Sin embargo uno de los más importantes es la vitamina D. Todos ellos son elementos que reducen ese estado de inflamación crónica que a todas luces parece ser positivo para al menos prevenir la depresión, y quizá también, para ayudar a mejorarla. Quizá una de las cosas que suceda a estos humanos es que están desmotivados para alimentarse bien y quizá esto no sea lo mejor para su salud. Una alimentación abundante en fibras vegetales también reduce la inflamación sistémica y esto es porque impide que elementos pro-inflamatorios de las bacterias del intestino entren en el torrente sanguíneo.

Entre los nutrientes que se han relacionado con la depresión pero no debido a la inflamación sino a que ayudan a producir algunas sustancias en el sistema nervioso o el cerebro, está el ácido fólico (que es la vitamina B9) la vitamina B12 y el triptófano. Ingerir alta cantidad de triptófano hará producir más serotonina. Esta es la sustancia más vinculada con la depresión, aunque la dopamina y otras juegan su papel.

EL ESTRÉS.

Todo indica que el motor fundamental que lleva a la depresión es un estrés prolongado, y crónico. Puede venir de muchas fuentes, desde un trabajo que no resulta satisfactorio ni agradable, una mala situación personal, una batería de decepciones y fracasos, impotencia, aislamiento social, y muchas más. De nuevo hay químicos implicados, esta vez le toca al cortisol, quien a largo plazo según un estudio de la Carnegie Mellon University, de 2012 [ http://www.sciencedaily.com/releases/2012/04/120402162546.htm ] produciría un efecto de supresión en el sistema inmune.

LOS ANTIDEPRESIVOS.

No quería pasar a escribir una breve lista sobre qué se podría hacer para prevenir y mejorar la depresión, sin hablar antes sobre un tratamiento muy habitual (quizás demasiado) para la depresión. Se trata de una serie de fármacos que en su mayor parte inciden en una molécula del cerebro llamada serotonina. Los antidepresivos (como el famoso Prozac) hacen que la serotonina funcione durante más tiempo, y con ello se esperan mejoras de ciertos síntomas. La serotonina inhibe a la hormona del estrés (que es el cortisol) y está vinculada a los circuitos de la dopamina. Es por ello que al tener más serotonina, se aliviarían varios síntomas de la depresión.

Sin embargo, estos fármacos se están utilizando cada vez más, incluso en niños para tratar ese grave transtorno mental que consiste en no aceptar las pautas de comportamiento del sistema escolar (el TDAH). Si uno va a mirar los efectos secundarios del Prozac por ejemplo, pone que aumenta el riesgo de sufrir un infarto cuando se usa un tiempo, así como dificultad para respirar, alucinaciones, fiebre, nerviosismo, inflamación, y un largo etc. Lo mismo ocurre con otros similares.

Aparte del excesivo uso que se le está dando a estos medicamentos (que solo deberían usarse en casos extremos) hay debate sobre si realmente son positivos. Muchos de los efectos del ‘síndrome de abstinencia’ podrían suplantar a los de la propia depresión.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA PREVENIR Y MEJORAR LA DEPRESIÓN?

  • Trate de evitar el estrés durante mucho tiempo. Viva de forma estimulante, cumpliendo sus aspiraciones y los proyectos que le motiven.
  • Lleve una nutrición que incluya suficiente vitamina D, vitamina A, B1, B9 y B12, selenio, ácidos omega-3 y fibras vegetales.
  • Hay una gran cantidad de alimentos a los que se atribuyen propiedades anti-inflamatorias, algunos tan ‘simples’ como las almendras, aguacates, brócoli, arándanos, zanahorias, legumbres, col rizada, naranjas, aceite de oliva, salmón, espinacas, fresas, nabos, nueces, chocolate o cacao, etc. Estos alimentos son buenos (entre otros) para el estado de ánimo.
  • Si usted ya tiene o cree que puede tener una depresión, practique ejercicio físico varias veces a la semana y practique meditación de forma seria y constante hasta que note que le induce un estado de calma.
  • Hay al menos una planta, el hipérico, que se ha demostrado efectiva para la depresión leve. Como los antidepresivos, también influye en la serotonina y la dopamina, pero no tiene los graves efectos secundarios de estos.
  • El ginseng es una planta que disminuye la fatiga y aumenta la actividad mental.
  • No fume cigarrillos industriales de tabaco, pues son un factor de riesgo más.

 

9 comentarios sobre “LA DEPRESIÓN.

  1. Un artículo que de manera adecuada y sencilla ayuda y aclara de manera contundente utilizando termilogia medica esta entidad que tanto necesitamos aprender a manejar sin miedos.
    Felicitaciones

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  2. Durante más de un año sufrí depresión, ansiedad generalizada y agorafobia. No podía entender qué me pasaba, me encontraba en el mejor momento de mi vida, tanto afectiva como económicamente. Mi vida era por fín todo lo que había deseado y por lo que había luchado tanto.

    Los fármacos que me recetaban no hacían nada más que atontarme, me incapacitaban para la vida cotidiana y no sentía ninguna mejoría.

    Aunque no me crean, todo fue debido a influencias demoniacas. Anteriormente a empezar a sufrir todo esto, y verdaderamente fue un sufrimiento horrible, estuve muy interesada en el tarot y en religiones paganas antigüas, Wikanin, diosas, brujerías y conjuros.

    Aunque en esos momentos no lo asocié a esto. Mi vida, y la de mi familia se convirtió en un infierno.
    Gracias a Dios pasó hace tiempo.

    La vida que llevamos en esta sociedad nihilista y relativista, donde no hay Verdad ni sentido de la existencia influye mucho. No hay trascendencia ni espiritualidad. Las personas solo se consideran mera carne a la que hay que satisfacer con unos parámetros que nos vienen impuestos. La felicidad se circunscribe a la satisfacción de los sentidos y deseos del momento.

    El alma se resiste.

    Las personas no solo somos carne,tenemos alma y espíritu, y la depresión es una enfermedad del alma.
    Es mi experiencia, por si les ayuda.

    Un abrazo

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    1. Su artículo crea curiosidad y responde algunas de las muchas dudas que sabemos del tema .
      Académicos opinan al respecto y siempre terminan en medicación por problemas bioquímicos
      No soy médico , para aportar conocimientos científicos .
      Como reza su artículo hay múltiples factores que influyen para pasar por este proceso

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  3. El contenido de este artículo ó comentario lo encuentro razonable ; coherente con lo aprendido hasta ahora.
    Añadida información nueva para mí . Es mi humilde opinión
    Muy puntual y excelente redacción
    Investigaré ciertos tópicos interesantes para mí

    Me gusta

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