LA SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA.

Hoy en día la mayor parte de la agricultura en el mundo es de producción intensiva, una manera de realizar los cultivos que disminuye la complejidad para crear un aumento en la cantidad de cosecha por unidad de área y de tiempo. La complejidad se hace bajar de dos maneras. La primera es que se cultiva una misma planta a lo largo y ancho de una gran superficie, y si se cultivan varias, deben estar separadas y aisladas. En segundo lugar, se simplifican los métodos de trabajo mediante máquinas, un enorme aporte de agua, y agroquímicos, que incluyen fertilizantes y productos fitosanitarios (herbicidas, insecticidas, acaricidas, fungicidas…). Como dato, más del 10% de la superficie de cultivos ya se dedica a los transgénicos, quienes siguen este modelo intensivo. Este modelo tiene éxito en producir suficientes alimentos para toda la humanidad (los motivos del hambre son distintos) pero tiene unas consecuencias muy negativas que están intentando ser corregidas con el regreso a métodos más «sostenibles» y «ecológicos» que también consisten en cultivos intensivos. De hecho, solo con métodos más blandos o más considerados con el entorno es que puede continuarse este modelo, que ya está llegando a su límite.

Entre las consecuencias negativas del modo de producción intensivo están:

AGOTAMIENTO DEL SUELO.

Para que las plantas puedan crecer y mantenerse sanas, necesitan un suelo rico en todos los nutrientes y que tenga una gran actividad biológica. Necesita multitud de animalillos como lombrices, escarabajos, insectos como los colémbolos, y abundante materia orgánica que alimente a esos animales, que a su vez la transformarán en nutrientes. El hecho de tener a un mismo cultivo durante todo o casi todo el año sin descanso, hace que el suelo se quede sin materia orgánica, sin agua y finalmente sin microfauna (ese conjunto de animalillos). Esto crea una dependencia extrema hacia los fertilizantes de nitrógeno, fósforo y cualquier otro mineral.

suelo agotado

GRAN ABUNDANCIA DE PLAGAS

Nada puede ser tan favorable para un insecto o un ácaro que le guste comer ciertas plantas como encontrarse con un campo donde no hay otra cosa. Solo el alimento que anda buscando. Así, un campo de maíz o de tomates, se convierte en un lugar perfecto para la expansión de orugas, hongos o moscas blancas, por poner solo algunos ejemplos. Ante la ausencia de mecanismos que les controlen o frenen su crecimiento como depredadores naturales o avispillas parásitas, estos insectos destrozarían toda la plantación si no fuera por la aplicación de productos tóxicos a lo largo de todo el cultivo con maquinaria especializada. Y es que todos estos insectos, hongos, ácaros y ‘malas hierbas’ que llaman plagas lo son solamente cuando crecen de manera ilimitada, y no cuando están en unas cantidades razonables, donde no pueden afectar a la productividad (de hecho a veces la aumentan).

plaguicida

EXCESIVO CONSUMO DE AGUA.

Un suelo que tenga carencia de coloides como el humus o la arcilla, apenas podrá retener el agua, que las plantas necesitan tener al alcance de sus raíces, no siempre muy profundas. Los suelos sin actividad biológica y a los que se suministran fertilizantes sintéticos, no tienen apenas humus. Esto hace que los materiales del suelo pierdan solidez y consistencia. Las lluvias, benéficas al principio, poco a poco van arrastrando el propio suelo hacia abajo, lo que se conoce como lixiviación. La capacidad de retener agua es muy pobre y estos terrenos acaban dependiendo de un aporte enorme de agua. Hoy en día, el 70% de toda el agua dulce se emplea en la agricultura, para que os hagáis una idea.

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DEPENDENCIA DE PRODUCTOS FITOSANITARIOS Y FERTILIZANTES DE MULTINACIONALES.

Dado que las condiciones son inmejorables para la expansión de los fitófagos (comedores de plantas) o de las enfermedades (hongos o virus) se hace oblgatorio utilizar estos productos de manera continua. Estos productos en muchos sitios están llegando a alcanzar niveles muy elevados en las corrientes de agua y los acuíferos. Se hace extremadamente necesaria su reducción en la medida que sea posible. Además, muchas plagas se hacen resistentes a ellos de forma natural.

Esto no se trata de alarmismo ni de una generalización, es lo que está ocurriendo en todo el planeta y se están estudiando maneras para corregir todo esto. Aparecen alternativas que en realidad tienen el objetivo de que la agricutura pueda seguir del mismo modo, entre ellas estas:

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El manejo integrado y el control biológico se están aplicando e imponiendo legalmente por la urgente necesidad de reducir el uso de agroquímicos. Hace que las hortalizas sean más sanas al tener menos pesticidas. Generalmente se usa más en invernaderos que al aire libre. Pero hay que tener una cosa en cuenta: aunque es una mejoría por la reducción de la toxicidad del entorno, se trata de un negocio más, donde el agricultor sigue dependiendo de las industrias de elaboración de productos, que en este caso son depredadores naturales o parásitos. La agricultura es, igualmente intensiva.

Pero, ¿sería posible ir más allá?

2 comentarios sobre “LA SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA.

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