El tomate es una de las hortalizas que más se cultivan en todo el mundo, y más imprescindibles en nuestra alimentación. De nuevo, nos encontramos con miles de variedades, cada una de ellas de forma y tipo de crecimiento distinto pero en esencia se distinguen dos tipos de tomateras: las arbustivas, que dan todos los frutos de una sola vez (se utilizan para conservar el tomate, en forma de salsa, zumo… mediante congelación o enlatado) y las que tienen un crecimiento hacia lo alto (con ayuda de estacas) y que dan tomates a lo largo de toda la temporada.
Como se trata de una planta fundamental, voy a contar en detalle cómo cultivarlo de forma autosuficiente. Esta es una información que se puede encontrar en muchísimas páginas web y libros, de forma más profunda, pero una vez más lo hago para compartir con vosotros experiencias o dudas que nos surjan (todos nosotros en nuestra casa, si tenemos terraza y un clima caluroso, podríamos tener nuestros propios tomates, aunque es una planta de bastante crecimiento y necesita altura).
GERMINACIÓN
Las semillas del tomate pueden sembrarse en bandejas ya preparadas o en porciones de terreno especiales dedicadas a eso, o incluso en vasos de plástico. El tomate es una planta que no tolera las temperaturas bajo cero, de modo que se puede poner a germinar de 6 a 8 semanas antes del trasplante, que ocurrirá justo cuando ya hayan pasado las heladas (dependiendo de la variedad, será más temprano o más tarde). A los 5 o 10 días germinan las semillas. Hay que regarlas frecuentemente, sin inundarlas. Cuando tengan 2 hojitas o ramitas, se pasan a macetas más grandes. El sustrato de estas macetas ha de ser ligero, y una combinación que se recomienda, aunque hay otras es: 1 parte de turba de esfagno, 1 parte de vermiculita, y 1 parte de perlita, materiales que se pueden conseguir con facilidad, aunque con dinero (hay alternativas sin dinero). El esfagno tiene propiedades antifúngicas.
Sobre todo se ha de asegurar que el sustrato esté previamente esterilizado (sin otras semillas y sin posibles hongos perjudiciales). El suelo de nuestra huerta se puede usar pero solamente si se esteriliza: esto puede lograrse calentándolo a 82 grados C como mucho, si se sobrepasa esta temperatura el suelo emitirá elementos tóxicos.
Al pasar las plántulas de las bandejas de germinación a las macetas o cubos, hay que mirar atentamente si alguna tiene problemas de hongos (Pythium, Rhizoctonia, Phytophtora…) que suelen atacar en esta fase de fragilidad. Si observamos hongos, hay que retirar la plantita.
Antes de poner las semillas en el sustrato, hay que regarlo, e incluso, hay que mezclar previamente este sustrato con agua caliente removiendo ambos con una cuchara de madera u otro utensilio estéril.
PLANTACIÓN
Si estamos a 10 o 14 días de la última helada, y la temperatura es cálida tanto por el día como por la noche, es momento de poner las tomateras en su lugar definitivo. Es preferible hacerlo cuando el Sol no pegue fuerte, por ejemplo, un día nublado, o bien a horas del amanecer o atardecer: las plantas pueden quemarse pues ahora son débiles. Conviene dejar unos 50 centímetros entre cada planta, y 80 centímetros entre hileras.
En la siguiente imagen se ve un cultivo de tomate con estacas y con un acolchado de paja.
Para plantar, se cavan agujeros 2 veces más grandes que lo que ocupa una raíz de tomatera (o el cepellón de tierra a su alrededor) y de unos 15 centímetros de profundidad. 1 hora antes de plantar hay que regar bien las macetas de tomates. Una vez colocada la planta, un tercio del agujero se rellena con tierra de alrededor, y el resto con compost y algún fertilizante especial. Se añade agua, se entierra parcialmente la parte inferior del tallo, y se cortan las hojas inferiores.
Opcionalmente, se puede clavar una caña o estaca al lado de donde se pondrá cada planta, que servirá como tutor, para mantener a la tomatera erguida hacia arriba. Para eso, conforme vaya creciendo, tendremos que ir atando las nuevas ramas a dicha estaca o palo alto, con cuerdas o hilos. Esto tiene sus ventajas y desventajas pero es muy recomendable hacerlo: lo único, es que se necesitará regar un poco más.
CUIDADOS Y MANTENIMIENTO
El tomate necesita un riego muy frecuente y continuado en el tiempo, sin interrupciones. Esto es crucial para evitar grietas en los frutos y numerosas enfermedades.
Aquí es donde tenemos que mencionar el acolchado o mülch de nuevo. Para hacerlo tenemos que extender una capa de algún material (hay muchos: paja, hojas secas, césped, compost, hojas de periódico, o plástico negro) en nuestro terreno (al menos, en las hileras donde están los tomates). Conseguiremos con esto retener mucho mejor la humedad y evitar el crecimiento de otras plantas que nos perjudicarían, evitándonos el esfuerzo de quitarlas nosotros. Eso sí, ¡nunca hacer el acolchado hasta que hayan pasado de 3 a 5 semanas tras la plantación!
Los tomates dan fruto en pocas semanas. La fertilización ha de hacerse cada 3 o 4 semanas desde que aparecen los primeros frutos pequeños. Antes de eso, justo después de plantar, ver que las hojas amarillean es un indicio de que no se ha fertilizado bastante (el tomate es muy exigente en nutrientes). En tal caso simplemente hay que añadir más compost o el fertilizante especial de que se disponga. Preferentemente algo rico en calcio, como la harina de huesos, ya que la deficiencia de calcio es una de las causas de que aparezca una de las peores y más comunes plagas del tomate: la podredumbre.
Para fertilizar se retira la capa de mülch, se vierte el fertilizante y a continuación se riega. Luego se vuelve a poner el beneficioso acolchado.
A los tomates les salen primero hojas en las ramas principales, pero luego, del tallo principal directamente en la base de cada rama, salen unas hojas que luego darán nuevas ramas. Conviene quitar estos «chupones» ya que su desarrollo hace que no llegue tanta energía a los frutos. Es mejor tener pocas ramas con frutos gruesos y grandes, que muchas ramas con menos cantidad de frutos en total. También hay que ir quitando con el tiempo las hojas inferiores, que van amarilleando y pueden ser fuente de hongos y bacterias peligrosas.
De 60 a 85 días después de plantar ya se puede empezar a recolectar, según la variedad.
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Artículo traducido al inglés:
Tomato is one of the most cultivated vegetables in the world, and most
essential in our diet. Again, we find thousands of varieties, each of different shape
and type of growth but essentially two types of tomatoes are distinguished:
shrubs, which give all fruits at one time (they are used to preserve tomato , In the
form of sauce, juice … by freezing or canning) and those that have a growth
upwards (with the help of cuttings) and that give tomatoes throughout the season.
As this is a fundamental plant, I will tell you in detail how to cultivate it
in a self-sufficient way. This is information that can be found in many web
pages and books, in a deeper way, but once again I do it to share with you
experiences or doubts that arise (all of us in our house, if we have a terrace and a hot
climate , We could have our own tomatoes, although it is a plant of sufficient
growth and needs height).
Tomato seeds can be planted in ready-made trays or in special portions of
ground dedicated to that, or even in plastic cups. The tomato is a plant that does
not tolerate temperatures below zero, so that it can germinate 6 to 8 weeks
before the transplant, which will happen just after the frost has passed (depending
on the variety, it will be earlier or more late). In 5 or 10 days the seeds
germinate. They must be irrigated frequently, without flooding. When they have 2
little leaves or twigs, they are transferred to bigger pots. The substrate of these
pots has to be light, and a combination is recommended, although there are
others: 1 part sphagnum peat, 1 part vermiculite, and 1 part perlite, materials that
can be easily obtained, although with Money (there are alternatives without
money). Sphagnum has antifungal properties.
Above all, ensure that the substrate is pre-sterilized (without other seeds
and without possible harmful fungi). The soil of our garden can be used but only
if it is sterilized: this can be achieved by heating it to 82 degrees C at most,
if this temperature is exceeded the soil will emit toxic elements.
When passing the seedlings of the germination trays to the pots or buckets,
one must look carefully if one has problems of fungi (Pythium, Rhizoctonia,
Phytophtora …) that usually attack in this phase of fragility. If we observe fungi,
we must remove the plant.
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