Vivimos en un mundo difícil, expresamente diseñado para mantenernos en una situación de invalidez, infantilismo y parálisis. El objetivo de ello es que esta civilización moderna pueda mantenerse sin problemas. Todo iría bien si no fuera por los efectos directos sobre nuestra salud física y mental, sobre nuestra libertad para desarrollarnos, sobre la sagrada y preciosa naturaleza, sobre los valores tales como la justicia, la bondad, la honestidad y el respeto. En definitiva, sobre todo lo que vale la pena de ser experimentado una vez que venimos a esta existencia.
Sin embargo, no debemos tener miedo. Tenemos dos formas de defendernos, dos poderosos escudos que no ceden ante ninguno de los proyectiles que la sociedad lanza para contaminar nuestra esencia. Son los que dan nombre a este artículo: la soberanía y las relaciones de ayuda mutua. Si sientes que hay algo que no va bien con esta civilización, o si lo ves con tus propios ojos y lo consideras injusto, frustrante o desesperante, o si tu vida gira sin rumbo en torno a una angustiante rutina, quiero compartir contigo este análisis de la situación que, al mismo tiempo, supone una solución. Una solución compleja y ardua, que supone un largo camino de obstáculos, pero donde esperan también profundas satisfacciones: la felicidad por el mérito propio y el esfuerzo realizado por ti mismo, respirar la libertad de no depender de los demás para construir tu vida, y saberte a salvo de cadenas que mantienen en el fango a quienes no saben cómo romperlas.
La soberanía consiste en el desarrollo pleno de todo nuestro potencial. Muchos son los gurús que promueven que nosotros somos capaces de cambiarlo todo solo con el pensamiento, o que con solo modificar nuestras creencias, podemos controlar el rumbo de nuestra vida. ¡Incluso llegan a decir que con nuestro pensamiento somos responsables de los males del mundo y los propios!
Lo cierto es que para poder llegar a lo más alto, a lo más deseado, hacen falta una serie de medios y condiciones específicas en el entorno. Por ejemplo, hoy en día mucha gente está pendiente de defender sus derechos. Pues bien, un derecho significa que puedes hacer algo pero siempre a cambio de una serie de condiciones. Un derecho es un privilegio otorgado, no una libertad que nos es propia. Nuestro entorno nos permite hacer muchas cosas, pero casi siempre es a cambio de una serie de condiciones que convienen a la sociedad.
De ahí que la soberanía, o lo que es lo mismo, retomar nuestra verdadera capacidad de hacer cosas por nosotros mismos, sea un motivo de alarma para las instituciones. Nosotros somos los responsables de hacer un esfuerzo por ser soberanos. Adquirir conocimientos valiosos y útiles, ser autosuficientes (aprender sobre agricultura, carpintería, electricidad, programación web, o cualquier otro asunto que nos de autonomía vital [*Autonomía = αυτοσ / νομοσ => Ley propia*] ), tener un criterio propio en todo tipo de temas, no obedecer a los demás cuando nos quieren indicar qué camino prefieren para nosotros. Todo esto nos conduce a la soberanía, casi sin que nos demos cuenta.
Nuestra segundo método de defensa, esta vez colectivo, implica el fomentar las relaciones de ayuda mutua entre nosotros. Esta sociedad corporativa, fomenta por todos los medios posibles el aislamiento de los seres humanos en burbujas existenciales y en rutinas estancas, la desidia, y la apatía [*Apatía = α / παθοσ => Ausencia de pasiones*]. A esto se le considera la normalidad (es decir, una norma u orden que la sociedad nos presupone implícitamente).
Desde luego, la sociedad corporativa no desea que usted recupere su soberanía o que fomente relaciones de ayuda mutua con otros seres humanos. Por ello, hace que esté distraído el máximo tiempo posible. Usted quizá llega cansado de su trabajo [*Trabajo = Tripalium ‘máquina de tortura de 3 palos en la antigua Roma’*] y desea distraerse. El que esto sea hecho por muchos, sin embargo, favorece la opresión y el estrés que ésta conlleva, y el deseo de evadirse aún más de la realidad, en un círculo de retroalimentación que está llegando a niveles de perfección con la ayuda de los nuevos teléfonos móviles inteligentes (para seres estúpidos).
We live in a difficult world, expressly designed to keep us in a situation of
disability, childishness and paralysis. The aim is that this modern civilization
can be maintained without problems. All would be well if it were not for the
direct effects on our physical and mental health, on our freedom to develop, on
sacred and precious nature, on values such as justice, goodness, honesty and
respect. In short, above all it is worth to be experienced once we come to this
existence.
However, we should not be afraid. We have two ways of defending ourselves, two
powerful shields that do not yield to any of the projectiles that society
throws to contaminate our essence. They are the ones that give name to this article:
the sovereignty and the relations of mutual aid. If you feel that something is
wrong with this civilization, or if you see it with your own eyes and consider it
unfair, frustrating or desperate, or if your life turns aimlessly around an
anguishing routine, I want to share with you this analysis of The situation which,
at the same time, is a solution. A complex and arduous solution, which is a long
road of obstacles, but where they also expect deep satisfactions: happiness for
own merit and effort made by yourself, breathe the freedom not to depend on
others to build your life, and To know you safe from chains that keep in the mud
those who do not know how to break them.
Sovereignty consists in the full development of our full potential. Many are
the gurus who promote that we are able to change everything with just the
thought, or that just by modifying our beliefs, we can control the course of our life.
They even say that with our thinking we are responsible for the evils of the
world and our own!
The truth is that in order to reach the highest, to the most desired, a series
of means and specific conditions in the environment are needed. For example,
many people are nowadays defending their rights. Well, a right means you can do
something but always in exchange for a number of conditions. A right is a
privilege granted, not a freedom that is our own. Our environment allows us to do many
things, but almost always it is in exchange for a series of conditions that fit
the society.
Hence, sovereignty, or what is the same, resume our true ability to do things
for ourselves, is a reason for alarm for institutions. We are responsible for
making an effort to be sovereign. Acquire valuable and useful knowledge, be
self-sufficient (learn about agriculture, carpentry, electricity, web programming, or
any other issue that gives us vital autonomy [* Autonomy = αυτοσ /
νομοσ => own law *]), Kind of issues, not obeying others when they want to tell us
which way they prefer for us. All this leads us to sovereignty, almost without
our realizing it.
Our second method of defense, this time collective, involves fostering mutual
aid relationships between us. This corporate society, by all possible means,
encourages the isolation of human beings in existential bubbles and in watertight
routines, laziness, and apathy [* Apathy = α / παθοσ => Absence of passions
*]. This is considered normality (that is, a norm or order implicitly assumed
by society).
Of course, corporate society does not want you to regain your sovereignty or
foster mutually supportive relationships with other human beings. For this
reason, it makes as much time as possible distracted. You may get tired of your work
[* Work = Tripalium ‘torture machine 3 sticks in ancient Rome’ *] and you want to
distract yourself. The fact that this is done by many, however, favors the
oppression and the stress that this entails, and the desire to evade even more of
reality, in a circle of feedback that is reaching levels of perfection with the
help of new Smart mobile phones (for stupid ones).
Me gustaMe gusta
Sabes, a veces me asusta lo egoísta que es alguna gente.
Parece que da igual, que intentes ayudar, que intentes hacer las cosas bien..
Algunos humanos solo son capaces de pensar en si mismos .
Me gustaMe gusta
Es verdad, pero hay una minoría de personas, escasa es cierto, pero al menos existe, con las que sí se puede contar de verdad. Hay que rodearse lo más posible de ellos. Y de los demás no hay ni que molestarse.
Me gustaMe gusta
Es que intentas ayudarles, intentas comprenderles y nada.. son puramente egoístas . Es realmente doloroso que te traten de esa forma.
¿Y tú qué tal estás Víctor ? ¿qué tal te va todo ?
Me gustaMe gusta
Creo que este es el mejor comentario que he puesto en el blog , espero que seas capaz de comprenderlo y hacer algo al respecto .
Intentar convertirse en una persona que no eres, incluso en unas cuantas personas diferentes para tener más relaciones , ya no solo es algo insano, aparte de la enorme bajeza moral, es un truco demasiado conocido como para colar . Luego, quien lo haga se preguntará porque le va tan mal en la vida, pero siempre culpará al otro, si, porque eso es más fácil culpar a la otra persona , es más fácil que asumir las propias responsabilidades. Porque para mi lo de las virtudes nunca fue el estoicismo , ni la templanza, ni la justicia ni nada de eso… Me importa más quien es capaz de ir de frente con valor y con la verdad. Luego quien se pregunte porque pasó lo que pasó, la explicación es fácil .
A pesar de todo esto, yo siempre intento perdonar .
Me gustaMe gusta