Si hay algo que nadie puede negar sobre el sistema escolar y universitario (la Universidad es solo la continuación de la escuela y el instituto) es que aleja a los alumnos del mundo real. Es lo que en la época medieval europea, cuando se crearon las Universidades (Bolonia, Oxford, París, y así sucesivamente) se llamaba el ‘contemptus mundi’ o desprecio del mundo. Se pretendía estar por encima de una realidad que veían como “un valle de lágrimas” mediante el estudio entre los muros de los monasterios. Hoy en día, sucede lo mismo en las aulas (o jaulas) de todos los colegios, institutos y universidades del planeta, con mayor o menor suerte.
Con este método el régimen escolar anula la experiencia directa de las cosas como forma de aprendizaje. Sustituye el contacto con la naturaleza, el uso de herramientas, la creación artística, y la libre opinión e intercambio de ideas, por una confusa sopa de letras que se incorporan en el cerebro sin poder aplicarse a la vida.
Se elimina así a la mejor fuente de aprendizaje que existe. Cada vez que tratamos de hacer algo por nosotros mismos, surgen dudas y preguntas. Se estimula enormemente la curiosidad porque después de la búsqueda de información está el logro de haber resuelto un problema. Nos hace sentir importantes, válidos y capaces. Por ejemplo, un reto podría ser construir una mesa de madera, o crear una página web, o inventar un juego. ¡Con qué placer utiliza luego uno esa mesa, o juega a su propia iniciativa!
No solo se fomenta así la búsqueda de información con un interés de verdad (se busca información para algo y por una razón) sino que se forjan seres humanos libres, capaces de actuar por si mismos, y mucho más preparados para la vida.
Mientras tanto, las escuelas continúan suministrando datos y dando respuestas a preguntas que ninguno de los alumnos se había hecho previamente.
Estoy de acuerdo , y es lo que hemos hablado tantas veces, que nos hemos pasado años y años en el sistema educativo para no aprender nada realmente útil que nos sirva en la vida real, para lo que verdaderamente nos importa, tenemos que aprender ahora por nosotros mismos.
Y lo haremos .
Abrazos ¡
Me gustaMe gusta
Excelente artículo, claro y conciso; ojalá lo lean y entiendan muchos, especialmente legisladores, docentes y por fin estudiantes.
Me gustaMe gusta