Me faltan muchos autores alternativos por leer, sobre todo Pestalozzi, María Montessori y Steiner, sin embargo, todos coinciden en asimilar educación con asistencia a una escuela, y todo se trata de encontrar un método adecuado para educar a los niños, un conjunto de pautas fundadas en un conocimiento profundo del funcionamiento de la mente, la psicología, el desarrollo del carácter, las habilidades, etc.
Detrás del barniz de preocupación por los niños, hay la creencia subyacente de que el desarrollo es algo que debe ser suministrado por maestros, o si no, al menos sí se ha de pasar por una escuela para que dicho desarrollo sea óptimo. En definitiva, se fomenta el miedo de que nuestros hijos se puedan «quedar atrás» en un aspecto o el otro (como si, por otro lado, la perfección existiera). La cantidad de escuelas alternativas, métodos y técnicas pedagógicas es inagotable, la imaginación y la retórica son ingeniosas y hábiles, el marketing de lo institucional parece hablarte como un amigo o un padre.
¿Significa eso que hay que dejar en manos del azar la crianza de nuestros hijos? No es lo más adecuado en la sociedad en la que vivimos, que pone tantas dificultades y problemas, que es tan compleja, tan rápida, tan frenética. Si algo nos falta, como padres, no significa por ello que debamos delegar en otros más sabios o mejores la crianza de nuestros pequeños, significa más bien que hay algo que hemos perdido y tenemos que recuperar. ¿Cómo hacernos cargo de la educación de los hijos y cumplir con nuestro deber como padres?
Tal vez tenemos que distinguir entre las metas que la sociedad nos propone o nos quiere vender, de las verdaderas necesidades que cualquiera tiene en su infancia. No hay ninguna de estas últimas que los padres no puedan aportar a sus hijos. Un espacio de exploración y descubrimiento, un espacio de creación, respeto, atención, cuidado, seguridad, aprecio, aprendizaje, conocimiento, un entorno saludable, convivencia con otros, todo ello son cosas que los padres han de fomentar todo lo posible. Pero hay muchas cosas que brotan por si mismas con el tiempo, cosas que el simple paso del tiempo y las experiencias aportan de forma inevitable. Basta con que un niño crea en si mismo para que llegue lejos. Dificultades en la vida no han de faltarles, y eso le hará más fuerte. No lo podrá tener todo a su alcance de forma inmediata, pero si lo necesita, se esforzará en buscarlo por si mismo. Hay que dejarle también que haga su camino.
Perdona, el mejor método es la autoeducación, enseñándole a los niños la Gramática, y los valores, y las virtudes, y punto, o si lo prefieres, el Trivium, todo lo demás es un sistema mágico infiltrado por Masones-Masones libres y las Agencias de Inteligencia, y el Marxismo Cultural… ni Waldorf, ni Pestalozzi, ni perico de los palotes. La mente humana se conoce desde hace milenios, solo hay pajilleros escribiendo semiobviedades disfrazadas de cientificismo cuadriculado, pedagogía satánica, psicología y psiquiatría rabínica…
Que aprendan Matemáticas, Astroteología, y Filosofía, y que hagan deporte, que hagan diálogos Platónicos, Socráticos, etc… como en la época Griega en la calle, que se dejen de paripés con nuevas tecnologías, pues no se enterarán de como funciona el mundo… no hemos evolucionado tanto en 2000 años, la esencia del hombre permanece en él, da igual la tecnología.
Da igual lo profundo que se le enseñe al niño, no es tan profundo como lo que ha ocurrido los últimos 3 milenios, que no se pispan ni si quiera catedráticos…
Me gustaMe gusta
No sé si has leído el diálogo Gorgias de Platón, que habla sobre la retórica. Ahí se pone en su sitio a este ‘arte’ entre comillas, como lo que es, adulación a la multitud para conseguir propósitos personales, independientemente de si lo dicho es o no verdad, la verdad estaría buscada por la filosofía, a diferencia de la retórica. ¿Qué le ves de bueno al Trivium y Quadrivium? ¿Hay que enseñar a los niños a cantar salmos cristianos y una astronomía basada en el geocentrismo de Ptolomeo?
La retórica es una de las partes del Trivium medieval.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo la retórica la quitava, pues por eso que tu dices, además por que en nuestro país ha dado como fruto miles de borregomatrix meapilas con derecho a opinar de cualquier gilipollez, va en contra de la moral.
El trivium quitaba eso.
La música es buena.
Trivium y Quadrivium designa a las siete artes liberales (la gramática, «la lengua»; la dialéctica «la razón»; la retórica «las figuras»; la aritmética «los números»; la geometría «los ángulos»; la astronomía «los astros»; la música, «los cantos») que se enseñaban en la Edad Media para ofrecer conocimientos generales.
Salvo la retórica.
Me gustaMe gusta
Pero hay muchas más cosas que los niños pueden aprender, infinito, incluyendo lecciones de la vida, a hacer cosas manuales por si mismos que eso siempre viene bien, juegos avanzados, teatro… Se me ocurre un mundo.
No es por nada malo pero si quieres enseñar gramática no pongas ‘quitava’ 😀 Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola, no he leido el diálogo Gorgias de Platón.
Lo que escribes abajo de más cosas que los niños pueden hacer:
Juegos, en la naturaleza, en el día a día, deja a un niño que se aburra, si no en el día de hoy, se dedicarán a beber alcohol, tomar drogas o prender a algún indigente si se aburren, y en el caso que se aburran, inventarán.
el teatro es bueno… para las élites… te pongo ejemplos de teatrros que intrepretan y engañan:
Políticos, abogados, psicólogos, psiquiatras, Presentadores de Tv, Periodistas (la mayoría), etc… y esto que me acuerde… y luego las amistades… un pais de teatreros tiene buenos actores, muchos actores son traidores al pueblo… puedes ver al grupo de la ceja… cuando apareció ZP.
Me gustaMe gusta
Mira, aquí mas:
https://tecnicopreocupado.com/2018/04/02/la-pedagogia-waldorf-creada-por-steiner-la-new-age-y-el-luciferanismo/
Otra cosa, hay un sr John Taylor Gatto y la señora Charlotte Iserbyt…
Me gustaMe gusta