LAS FEROMONAS DE LOS SERES HUMANOS.

Solemos pensar que los seres humanos somos muy distintos de los demás animales, que funcionamos de forma completamente distinta a ellos porque tenemos conciencia de lo que hacemos. Después de leer este artículo tu percepción va a cambiar. El instinto nos gobierna a unos niveles tan sutiles como la propia conciencia, de formas que nos pasan completamente desapercibidas. El entorno en el que vivimos nos influye y conduce nuestra conducta, y esto es lo que da pie a la ingeniería social. Cuando se dice que estamos manipulados por la sociedad, no se trata de que una serie de personas que controlan el mundo nos están dirigiendo a nosotros específicamente. En realidad, nos manipulamos los unos a los otros. Saber esto puede ayudar a comprender muchos de nuestros comportamientos que, vistos desde fuera, parecen automáticos, irracionales o absurdos. Y muchos de ellos lo son, pero no podemos evadirlos a menos que tengamos fuertes principios que nos impidan hacerlos.

Resulta que estaba leyendo un libro sobre control de plagas, y me he encontrado esta frase:

‘Al igual que los demás seres vivos el ser humano segrega hormonas que produce de forma natural para comunicarse a niveles inconscientes; esas señales pueden ser para comunicar estados de ánimo, para indicarle a la comunidad si un individuo está sano o enfermo, o bien, para indicar la disponibilidad y compatibilidad sexual’.

Existen muchísimos tipos de señales y feromonas distintas que los animales se envían unos a otros. Las feromonas se caracterizan porque se envían a miembros de la misma especie y producen algún efecto en el comportamiento de los que las reciben. Por ejemplo, las feromonas sexuales favorecen el encuentro y la atracción sexual de los machos hacia las hembras o de las hembras hacia los machos. Es bastante conocido que los humanos tenemos este tipo de feromonas, pero son las únicas de las que la mayoría de la gente ha oído hablar. Existen otras, las cuales son capaces de explicar muchísimos de nuestros comportamientos colectivos.

FEROMONAS DE AGREGACIÓN: Realizan un efecto llamada sobre todo tipo de individuo, sea cual sea la fase de desarrollo en la que se encuentre, hacia un lugar de concentración.

En nuestros grandes hormigueros urbanos a los que llamamos ciudades, es lógico que vivamos muy cerca unos de otros y que haya sitios en los que nos juntemos para diversas actividades. Sin embargo, en los lugares donde más densidad de humanos hay, ciertos comportamientos se contagian, todos parecen actuar de forma muy similar o incluso idéntica, como si una misma ‘energía’ les estuviera afectando. ¿No es evidente que esto solo puede deberse a que producimos una serie de hormonas que nos que regulan nuestro comportamiento cuando formamos grandes masas? En los enormes estadios deportivos, conciertos, manifestaciones políticas, sin duda ocurre, que nadie se sale de un cierto patrón de conducta limitado, y si lo hace es como si no tuviera sentido que esté ahí. Nuestras funciones más elevadas como la comunicación, quedan limitadas para que nada interrumpa lo que el conjunto está programado para hacer. Sucede lo mismo en las grandes avenidas urbanas, en los supermercados. En el conjunto de este hormiguero, todo lo que altere la normalidad, lo que se salga de lo establecido, se verá como extraño en un principio. Palabras, acciones, formas de vestir…

FEROMONAS DE ALARMA: Producen dos tipos de reacciones.
– Ataque en masa, como en el caso de las abejas que emiten acetato de amilo para producir un ataque en masa.
– Huida, como en el caso de los pulgones que suelen emitir señales de huida.

La primera situación, la del ataque en masa, ha de estar inducida por las hormonas. ¿Cómo si no los ejércitos han actuado con tanta sangre fría a lo largo de todas las épocas, si no viene esto ayudado por algún compuesto químico que altere nuestro estado de ánimo? Al igual que las abejas o las avispas se sienten atacadas y por eso se juntan y atacan de forma coordinada, con sacrificio incluso de su propia vida en el caso de las abejas, lo mismo hemos hecho los seres humanos a lo largo de la historia. En todos los ejércitos ha habido feromonas de alarma, inducidas mediante el profundo miedo al enemigo. Eso es lo que les ha hecho tan fríos, tan sanguinarios. Sin sentirse realmente amenazados, los soldados no serían tan efectivos en su trabajo. O eso, o se les dan drogas psiquiátricas para anular su conciencia, como ocurre en muchos casos hoy en día.

Se dice también que los perros o los animales huelen el miedo, pero en realidad lo detectan además escuchando las pulsaciones de nuestro latido cardíaco o el ritmo de nuestra respiración, y saben cuándo pasamos ansiedad o cuándo estamos tranquilos. Sin embargo, ¿qué ocurre si nosotros sentimos miedo ante otras personas que sientan agresividad o rabia? Esto también será detectado mediante feromonas de alarma y favorecerá que todo tipo de ataques, actos insultantes o desprecios se dirijan a nosotros. Con esto no quedan justificados tales actos. Simplemente significa que si no sentimos miedo, estaremos en gran medida protegidos frente a la hostilidad de los demás. Como en esta foto en la que un hombre se puso enfrente de unos tanques, de forma valiente y decidida.

tanque

5 comentarios sobre “LAS FEROMONAS DE LOS SERES HUMANOS.

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