Actualmente estamos en todo el planeta soportando una cuarentena, un encierro prácticamente total en nuestras casas, y estamos viendo cómo una nueva enfermedad está causando muertes que los medios de comunicación nos trasladan día tras día. No solo eso, sino que nos amenazan también con más dificultades para el futuro o pérdida de puestos de trabajo. La causa: el coronavirus, o mejor dicho, uno de ellos, llamado el SARS-CoV-2, causante de una enfermedad conocida como Covid-19.
Mucho se sabe ya sobre qué tipo de enfermedad ocasiona, las medidas que debemos adoptar, pero lo que nadie parece saber es de dónde procede este virus, o el motivo por el que, de repente, ha aparecido en una ciudad china llamada Wuhan, capital de la provincia de Hubei, expandiéndose por todo el planeta. Es algo similar a la gripe española de 1918, o la peste bubónica de la edad media: nadie informa sobre el por qué de estas enfermedades, o lo consideran algo natural que de vez en cuando tiene que ocurrir. Y sí, ha habido muchas pandemias a lo largo de la historia, pero todas, incluso las más antiguas y remotas, tienen su explicación. Y eso es lo que voy a intentar ofrecer en este artículo: una serie de informaciones que puedan aumentar el grado de certeza que podamos tener sobre esto que está sucediendo.
Pero antes, hablemos un poco sobre el coronavirus. En realidad hay muchos tipos de coronavirus, son toda una familia de virus que infectan a muchas especies animales de sangre caliente. En el ser humano, hay 7 coronavirus que pueden entrar en nuestras células. Cuatro de ellos son leves, se les conoce como: HKU1, NL63, OC43 y 229E. Los otros tres pueden provocar síntomas graves que se conocen como SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo), que son el SARS-CoV-1, el MERS-CoV (coronavirus de Oriente Medio) y el actual SARS-CoV-2. Comparten varias características. Una de ellas es que su genoma está formado por un ARN de una sola cadena, de longitud bastante corta (30.000 bases en el actual coronavirus). Otra característica es el receptor que utilizan para unirse a nuestras células: el ACE2 (enzima convertidora de angiotensina humana de tipo 2). Lo que utilizan para unirse a esa proteína y entrar a las células humanas es la proteína S, esa proteína que sale por fuera de la cubierta del virus y le hace parecer un sol o una corona.
Sabiendo esto, hay dos posibilidades. La primera es que el virus haya pasado a los humanos por medio de algún animal, como se cree que sucedió con las dos pandemias anteriores (se supone que el SARS-CoV pasó a los humanos a través de la civeta, un mamífero asiático, y que el MERS pasó a partir de los camellos o dromedarios). Lo cierto es que los virus son muy específicos de los huéspedes a los que pueden infectar, esto es lo que se llama el tropismo viral, es decir, la diana a la que se dirigen, algo similar a las cartas, que tienen un remitente y un destinatario claramente marcados. Para que se produzca la zoonosis (paso de animal a humano) el virus tiene que entrar en contacto con células humanas, y luego sufrir una serie de modificaciones que le permitan reproducirse dentro de ellas y volver a propagarse entre los seres humanos, o en otras palabras, el remitente ha de cambiar para que cambie el destinatario. El propio virus tiene que cambiar algo en si mismo para poder dirigirse a otra parte. En el caso del coronavirus, eso que ha de cambiar es la proteína S, puesto que es la que entra en contacto con el receptor, es la proteína que reconoce al huésped.
La otra posibilidad, no descartable en nuestros días, es que el virus haya surgido debido a determinados experimentos de laboratorio, concretamente los que se conocen como ‘Gain-of-Function Research’ (Investigación para la Ganancia de Función). Traducido del siguiente artículo: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4996883/
‘La investigación para la ganancia de función implica experimentación que persigue o se espera que (y/o quizás realmente lo hace) incrementa la transmisibilidad y/o la virulencia de patógenos. Esa investigación, cuando la llevan a cabo científicos responsables, habitualmente busca mejorar nuestro entendimiento de los agentes causantes de enfermedades, su interacción con huéspedes humanos, y/o su potencial para causar pandemias. El objetivo último de esa investigación es mejorar la información sobre la salud pública, la preparación de esfuerzos y/o el desarrollo de contramedidas médicas. A pesar de estos importantes beneficios, implica también riesgos respecto a la bioseguridad. En 2014 la administración del Presidente de EEUU Barack Obama sugirió una «pausa» en la financiación de experimentos involucrando en particular la gripe, el MERS y el SARS.’
Pero todo esto es muy antiguo. Los avances en la ingeniería genética permiten actualmente sintetizar, incluso partiendo de cero, una amplia variedad de virus potencialmente letales. De ello dió cuenta un científico llamado Eckard Wimmer, quien en 2002 logró sintetizar desde cero el virus de la polio, que tiene uno de los genomas más simples. Su único objetivo: demostrar que se podía hacer. Esta noticia es del periódico el País, del año 2002.
Si la leéis, podéis daros cuenta de lo sencillo que es crear nuevos virus o manipular virus existentes, teniendo en cuenta las enormes bases de datos que existen sobre la información de sus genomas, sus proteínas, en definitiva, todos los elementos que los conforman. En el caso de los coronavirus, uno de estos experimentos fue llevado a cabo en el año 2015, de los cuales os enlazo dos links para que los leáis, si no sabéis inglés os traduciré algunos fragmentos importantes.
https://www.nature.com/articles/nm.3985.pdf?origin=ppub
https://www.nature.com/news/engineered-bat-virus-stirs-debate-over-risky-research-1.18787
En este experimento, los científicos realizaron lo que se llama una quimera, es decir, un virus híbrido, entre el SARS-CoV-1 y un coronavirus que es propio de los murciélagos. Cogieron para ello el virus SARS-CoV-1 tal cual es, es decir, su ‘esqueleto’ y le colocaron la proteína de superficie (eso significa proteína S) del virus del murciélago, que se llama SHC014. En el primer enlace tenéis todos los detalles de cómo esto se hizo y quiénes fueron los científicos que lo realizaron. Las dos instituciones que lo realizadon fueron la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y el Instituto de Virología de Wuhan (sí, habéis leído bien, Wuhan).
A continuación reprodujeron la quimera dentro de un linaje de células humanas. Los virus solo pueden reproducirse (hacer más copias de si mismos) dentro de otras células. Es por ello que para mantener reservas de cualquier virus, se han de utilizar cultivos de células, del tipo al que ese virus infecte. Como en este experimento querían comprobar si el virus natural del murciélago podría llegar a pasar a los seres humanos, crearon la quimera y la inyectaron en células humanas, y sí, consiguieron que ese virus artificial infectara con gran efectividad las células de las vías aéreas humanas. Este experimento generó mucha polémica, ya que no se comprendía bien su escasa utilidad frente a su alto riesgo, pues se había creado nada menos que un nuevo virus potencialmente capaz de producir una pandemia. Con la actual pandemia, ha surgido de nuevo la polémica respecto a este experimento del 2015: ¿se trata del coronavirus actual?
Objetivamente, no es exactamente el mismo virus. Al parecer hay una diferencia de 5.000 nucleótidos (letras del ARN) en su genoma. Sin embargo, nada niega que este virus haya podido ser fabricado en un laboratorio de China y haber escapado o haber sido soltado premeditadamente, aunque la prueba absoluta y evidente no se tenga, tampoco lo hay de lo contrario. Si fuera así, habría de nuevo dos posibilidades. La primera es que se haya producido accidentalmente en laboratorio, y la segunda, que haya sido fabricado de forma intencionada. En el primer caso, habría sucedido lo siguiente. Al mantener algún tipo de coronavirus en cultivos de células, este habría ido cambiando a lo largo de las distintas generaciones. Cuando se mantiene un virus en un cultivo, poco a poco va matando las células, y hace falta pasarlos a nuevos cultivos cada cierto tiempo, así sucesivamente, mientras se quiera mantener ese virus en reserva. Esto da oportunidades al virus para adaptarse a las células humanas.
En el caso de un origen intencional, habría que analizar de qué virus ha podido provenir el nuevo coronavirus y qué modificaciones le han podido ser realizadas en el laboratorio. El SARS-CoV-2 y el SARS-CoV-1 tienen una semejanza en el genoma de un 80%. Se han encontrado uno o varios coronavirus naturales en el murciélago chino que tienen una semejanza de un 96% con el actual SARS-CoV-2, y la misma longitud del genoma, lo que hace más probable que uno de esos virus sea el origen. ¿Ha sido modificado este virus de alguna forma para hacerlo infectivo en humanos? Tal vez no ha hecho ni siquiera falta.
La comunidad científica afirma, aunque no hay pruebas al respecto, que lo más probable es que uno de los coronavirus del murciélago (llamado RaTG13) haya pasado a otro animal (se ha especulado con el pangolín) y de ahí a los seres humanos, cambiando de forma natural por si mismo en el camino, es decir, durante su tránsito por las células del animal intermediario. Eso es lo que mantiene este artículo, aunque no ha sido demostrado:
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/22221751.2020.1733440
Sin embargo, otros científicos ya habían comprobado en 2013 que hay la suficiente semejanza entre varios coronavirus de murciélago y el SARS-CoV-1 que provocó la pandemia en 2002 como para que este hubiera pasado directamente al ser humano, sin necesidad de hacerle nada en un laboratorio (cosa que contradice la teoría de que tuvo que venir de una civeta). Podéis leerlo aquí:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24172901
En este artículo se expone cómo en 2013 se aislaron numerosos tipos de coronavirus del murciélago chino y se descubrió cómo varios de ellos eran infectivos de células humanas por si solos, al interactuar con el receptor ACE2. Lanzaron por lo tanto la alerta: en un futuro, estos virus podrían provocar una nueva pandemia. La pregunta es ¿se continúan conservando cultivos de estos virus y se sigue investigando con ellos?
Uno de los participantes y firmantes de este último artículo es Peter Daszak, el actual presidente de una ONG llamada EcoHealth Alliance, que tiene su sede en Nueva York. Él fue por tanto uno de los descubridores de esos virus naturales del murciélago que pueden infectar seres humanos. La finalidad de EcoHealth Alliance es alertar de posibles peligros y tomar medidas para evitar que se produzcan pandemias provenientes de otras especies animales. Uno de los programas en los que participa, llamado PREDICT, consiste según pone la página oficial en:
‘En un esfuerzo por identificar y responder a nuevas enfermedades zoonóticas antes de que se expandan a los humanos, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID) estableció su programa de Amenazas Pandémicas Emergentes (EPT). El programa EPT consiste en cuatro proyectos: PREDICT, RESPOND, IDENTIFY, y PREVENT. El proyecto PREDICT busca identificar nuevas enfermedades infecciosas emergentes que pudieran convertirse en una amenaza para la salud humana. Los colaboradores de PREDICT centran su investigación en ‘puntos calientes’ geográficos y focos de la vida salvaje que son los más probables en contener enfermedades zoonóticas (animales como murciélagos, roedores y primates no humanos).
EcoHealth Alliance trabaja en primera línea de este campo construyendo instalaciones locales y tomando muestras de vida salvaje de alto riesgo en Bangladesh, Costa de Marfil, República del Congo, China, Egipto, India, Indonesia, Jordania, Liberia, Malasia y Tailandia. Una vez los científicos reúnen muestras de saliva o pequeñas cantidades de sangre, analizan las muestras en el laboratorio para buscar evidencias de enfermedades. Las conclusiones son catalogadas en una base de datos, que los expertos matemáticos usan para crear mapas predictivos de potenciales brotes de enfermedades. Este enfoque no solo permite a los investigadores encontrar nuevas enfermedades, sino que también ayuda a las comunidades a prepararse y responder a la amenaza de un brote pandémico.’
Con estos datos, todos esos patógenos pueden ser almacenados en cultivos celulares para su investigación. Los coronavirus del murciélago no serían una excepción. Aunque la finalidad del proyecto PREDICT sea alertar de posibles peligros y tomar medidas para evitar que se produzcan pandemias provenientes de otras especies animales, el hecho de facilitar la obtención de reservas de esos coronavirus del murciélago chino, invita a pensar en otra posible fuente de esta pandemia.
EcoHealth Alliance en China ha colaborado durante mucho tiempo con el Instituto de Virología de Wuhan y el Hospital Jinyintan de Wuhan.
‘Lo que nos lleva a este brote actual de coronavirus. Tan pronto como empezó, los colaboradores habituales de EcoHealth Alliance en China (principalmente investigadores en el Instituto de Virología de Wuhan y el Hospital Jinyintan de Wuhan) compararon el nuevo virus con las muestras de murciélago que habían recogido. Encontraron una coincidencia extremadamente cercana.
‘Un taxónomo viral lo llamaría probablemente la misma especie de virus’ dijo Olival (Kevin Olival es el vicepresidente de investigación de EcoHealth Alliance).
Esto sugiere que el brote actual -que ha infectado a decenas de miles de personas- podría haber venido directamente de los murciélagos, dice Olival.
Y, añade él, la gran conclusión es clara: ‘Estos coronavirus relacionados con el SARS del murciélago están pasando activamente a las poblaciones humanas.’
En 2015, Peter Daszak participó en un experimento en el que se aislaron nuevos coronavirus del murciélago chino aún más eficaces en infectar seres humanos y más capaces de producir una pandemia:
‘Notificamos el aislamiento y caracterización de un nuevo coronavirus del murciélago que es mucho más cercano al SARS-CoV en secuencia genómica que otros previamente registrados, particularmente en el gen S (que codifica la proteína S). Estudios sobre la entrada en la célula y la susceptibilidad indican que este virus puede usar ACE2 como receptor e infectar líneas celulares animales y humanas. Nuestros resultados proveen aún más evidencia de un SARS-CoV con origen en el murciélago y subrayan la probabilidad de una nueva emergencia de coronavirus en humanos a partir del murciélago.’
En 2017, la Organización Mundial de la Salud, dentro de uno de sus programas que se llama R&D BluePrint, señaló las distintas posibles pandemias que nos podrían afectar, y entre ellas consideró una llamada la Enfermedad X (X Disease). En este artículo del periódico la Razón podéis ver que Peter Daszak fue uno de los que acuñaron ese término, Enfermedad X, y que la OMS ya predijo en Ginebra (Suiza) en 2018 que sucedería una pandemia como la actual del coronavirus.
https://www.larazon.es/ciencia/20200314/sokzbqbvs5cwrbodmczl5ld66u.html
Por si fuera poco, muy poco antes de la expansión del actual coronavirus, otro organismo de la OMS, llamado ‘The Global Preparedness Monitoring Board’ había advertido de que una nueva pandemia sucedería y que debíamos de estar preparados, especificando que se trataría de un nuevo tipo de gripe más agresivo de lo normal (el actual coronavirus es, efectivamente, 10 veces más letal que la gripe).
https://elpais.com/elpais/2019/09/25/planeta_futuro/1569435266_953355.html
Y la pregunta es: si todo parece indicar que ya eran más que conscientes, incluso desde el 2013, de que un virus de murciélago chino podría provocar una pandemia, ¿por qué no tomaron medidas adecuadas para prevenirlo? ¿No se supone que es esa la función de todos estos organismos internacionales? Eso, suponiendo que no tengan tales organismos los virus en cultivo y ellos hayan provocado todo esto, con una serie de intereses económicos y sociales.
¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto? Que hay dos posibilidades (al menos) que son igualmente probables, y ninguna de ellas demostrada con pruebas o evidencias suficientes. Una de ellas es el contagio de los seres humanos directamente a partir de los murciélagos, se cree que esto habría ocurrido en los mercados de Wuhan como este:
La segunda opción es que los investigadores de EcoHealth Alliance en China detectasen las cepas virulentas del murciélago chino y se las pasaran al Instituto de Virología de Wuhan, o simplemente les pasaran la información y ellos mismos lo recogieran en campo. Una vez obtenidos los mantuvieron en cultivos. Solamente habrían tenido que soltarlo para producir esta pandemia.
¿Cuál de las dos os parece más probable?
Con esta información, abro el debate sobre el tema. Os animo a comentar y dejar vuestra opinión sobre todo esto. La mala gestión que han hecho muchos países, entre ellos España, sería algo que daría mucho que hablar pero es algo que todos podemos ver, salvo quien esté cegado por ideologías.
¡Un saludo!
POSTDATA (1/4/2020) He mantenido una conversación en Twitter con Peter Daszak, que coloco a continuación. Como véis, ante la pregunta de si el virus ha podido ser fabricado, se ha limitado a decirme que solo pretendo difundir teorías de la conspiración, y ante la pregunta hecha por mí de qué pruebas hay del origen natural del virus, no ha habido una respuesta. Si no entendéis inglés, decirme y os traduzco. Saludos.
POSTDATA (19 de abril de 2020): Ha aparecido una noticia en el periódico el Mundo donde los encargados del laboratorio de virología de Wuhan niegan las palabras de Donald Trump de que el virus podría haber salido de ese laboratorio. El artículo expone lo siguiente:
‘El instituto alberga el Centro de Cultivo de Virus, el banco de virus más importante de Asia donde se preservan mas de 1.500 variedades, según su web.
Dentro del complejo se encuentra el primer laboratorio de Asia de alta seguridad capaz de manejar patógenos de clase 4 (P4), es decir, virus peligrosos que se transmiten de persona a persona, como el Ébola.
El laboratorio costó 300 millones de yuanes (42 millones de dólares) y se terminó en 2015 aunque no se abrió hasta 2018. El francés Alain Merieux, fundador de una compañía bioindustrial, asesoró en su construcción.
El instituto también tiene un laboratorio de nivel P3 que está operativo desde 2012.
El laboratorio P4, de 3.000 metros cuadrados, está localizado dentro de un edificio cuadrado con un anexo cilíndrico, cerca de un estanque, al pie de una colina boscosa, en las afueras de Wuhan. En una visita reciente, la agencia France Presse no vio actividad dentro.
Un cartel fuera del complejo indica «Fuerte Prevención y Control, No Tema, Escuche los Anuncios Oficiales, Crea en la Ciencia, No Difunda Rumores».’
Todo esto confirma que allí se guardan muchísimas cepas de virus peligrosos en cultivos celulares, y parece dar más peso a la hipótesis de que en efecto, el virus salió de ese laboratorio, por error o de forma intencionada. Si es así, como es lógico, ellos lo van a negar.
,e gusta tu artículo, sencillo y claro, Mucho animo
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Se estan analzando las secuencias de más de mil genomas del sars-cov2 aislados en todo mundo , el analisis filogenetico de estas secuencias y todas las que se vayan adicionando al analisis dara, muy probablemente, una respuesta sobre el origen del virus, mientras tanto todo son especulaciones.
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Reblogueó esto en Ramrock's Blog.
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Programa de Milenio Live sobre el origen del coronavirus:
https://www.ikerjimenez.com/milenio-live-2×34-coronavirus-el-enigma-de-su-origen/
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Artículo de Máximo Sandín sobre el origen del coronavirus actual. Según él, es imprescindible haberlo fabricado en laboratorio, pues los virus del murciélago al ser humano requieren cambios complejos que no suceden en la Naturaleza: http://www.somosbacteriasyvirus.com/covid19.pdf
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