La organización Ecologistas en Acción ha publicado un estudio increíblemente interesante, con una información que todo el mundo debería conocer, acerca de los pesticidas que comemos en las frutas, las verduras, el aceite, los zumos procesados, etc. Todos sabemos de sobra que los alimentos contienen estos elementos tóxicos, pero solemos pensar que en dosis escasa, que no nos afecta demasiado, en otras palabras, hemos naturalizado lo que no es bueno para nosotros en modo alguno, algo similar a la novela de 1984 de Orwell en la que hacían beber una horrible bebida a los desgraciados esclavos de esa distopía por orden del Gran Hermano. La diferencia es que a nosotros no se nos ordena consumir algo tóxico: lo hacemos voluntariamente solo porque no lo notamos, aunque lo noten nuestras células y nuestras hormonas, que se ven perjudicadas por estos compuestos fitosanitarios.
El estudio de Ecologistas en Acción, titulado Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores lo podéis leer en el siguiente enlace:
https://spip.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/informe-plaguicidas-2016.pdf
Como podéis observar en el estudio, del que extraigo la imagen de abajo, muchos de las frutas y verduras más habituales nos introducen una serie de insecticidas, fungicidas o herbicidas que sin duda alguna afectan a nuestra salud, en especial por el llamado efecto cóctel que suma el efecto perjudicial combinado de todos ellos, o su posible efecto sinérgico (peores consecuencias si se consumen juntos que cada uno por separado).
No deberíamos aceptar comer este tipo de componentes, tenemos derecho a una alimentación sana que no provoque a largo plazo enfermedades muy duras. El efecto de disruptor endocrino de estos pesticidas se suma además al del bisfenol A y los ftalatos, elementos que provienen del plástico que envuelve a tantos alimentos y de los que hablábamos en este artículo que os recomiendo leáis también: LOS ELEMENTOS TÓXICOS QUE TOMAMOS CADA DÍA
Y ahora hablemos de las soluciones. Informáos muy bien sobre qué tipo de control de plagas se ha hecho en los campos de donde proceden las verduras que compráis. Por ejemplo, en la zona de Valencia hay unos tomates en la zona del Perelló que se tratan con control biológico, en ausencia total de pesticidas químicos. Pero las frutas y verduras sin pesticidas no necesariamente han de provenir de agricultura ecológica, que en muchas ocasiones es más cara por las condiciones burocráticas que deben cumplir para acreditar que lo son (unos calabacinas que provienen del huerto de un conocido o familiar son igual de ecológicos o más, pero sin necesidad de todos esos requisitos que los acrediten). Aunque en realidad, ninguna agricultura es ecológica, pero eso es otro tema.
Una segunda opción es colocar las frutas durante unos minutos en un barreño con agua y bicarbonato o vinagre. Esto es mucho más efectivo que el simple lavado con agua corriente. Podéis leerlo en este artículo: