LOS PÚLSARES.

Un pulsar es una estrella en su fase final, consumida toda su materia fusible, el balance entre su masa y su gravedad causa que se convierte en una estrella de neutrones. Posee una gran gravedad, fruto del giro sobre si misma y  emite periodicamente por sus polos, haces de particulas magnéticamente cargadas. Así que solo pueden ser descubiertos mediante radio-telescópios.

El primero fue descubierto en 1967 por Jocelyn Bell y Antony Hewis que por la regularidad de la emisión, creyeron que se trataba de alguna clase de mensaje extraterreste.

Desde esa fecha, se han descubierto más de 600 pulsares con períodos de rotación diversos que van desde el milisegundo a unos pocos segundos, con un período promedio de rotación de 0,65 segundos.  Estos giros tan breves, implican tamaños que estas estrellas  alcanzan unos pocos miles de km.

El más famoso de todos los pulsares es, quizás, el que se encuentra en el centro de la Nebulosa del Cangrejo denominado PSR0531+121 con un período de rotación de 0,033 s.

The Crab Nebula in Taurus

Resulta curioso que el púlsar de la nebulosa del Cangrejo coincide en su ubicación con la formación de una supernova (o gran explosión estelar) que los chinos registraron en el año 1054. Esta es la mejor prueba para vincular la nebulosa al púlsar. Las estrellas de neutrones provienen de estrellas que en otro tiempo tuvieron un gran tamaño, mucho mayor que el Sol. Es por eso que, cuando agotan su material fusible, queda en un tamaño muy reducido, pero muy denso. Cuanto mayor es la masa de una estrella, cuando muere (la muerte ocurre cuando no quedan elementos y átomos que fusionar en el núcleo de la estrella, por lo cual ya no puede obtener energía y se inestabiliza) una gran parte de la masa sale disparada al exterior, pero la parte interna sufre un empuje contrario: se condensa sobre si misma. Por eso la parte externa se convierte en gas interestelar (la nebulosa) y el interior se convierte en algo muy denso, que en el caso de los púlsares sería una estrella de neutrones.

Lo interesante de los púlsares es su campo magnético. Los campos magnéticos (por ejemplo, la Tierra tiene uno que nos protege de partículas dañinas del Sol) se produce siempre cuando hay partículas cargadas (ionizadas) en movimiento. El polvo de la nebulosa gira alrededor de la estrella de neutrones a una velocidad inmensa, esto es lo que ocasiona el campo magnético. La otra cara de esta ley física es que toda partícula cargada se ve atraída por un campo magnético. Por eso se generan los chorros potentísimos de los púlsares. El campo magnético tiene dos polos: uno positivo, y otro negativo. Debido a ello, las partículas siguen siempre una dirección, entran por un polo y son repelidas por el otro. Así salen disparadas a toda velocidad, siempre por el mismo sitio.

Pero no son las partículas lo que llega hasta la Tierra y detectan los telescopios. Sino la energía en que esas partículas se han convertido: son chorros de radiación electromagnética (energía). Por eso, cuando el polo magnético, que siempre «vomita» a gran velocidad esos chorros de ondas de energía, mira hacia la Tierra, podemos recibir esas señales.

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