LA PASIÓN DE REFORMISMO E IZQUIERDISMO.

Hola amigos, esta vez simplemente quiero compartir con vosotros una reflexión espontánea, que me vino a la cabeza según venía a mi casa, acerca de algo que estoy observando cada vez más y que, en vez de ser bueno, es algo que contribuye a mantener los males que abundan en la sociedad.

Cada día estoy viendo más claro que dentro de aquellas personas que parece que están involucradas en ‘mejorar el mundo’ o resolver problemas sociales, que parecen participativos y que se preocupan por el bien de los demás, hay un alto porcentaje que son presa de la ‘pasión del reformismo’ y tienen un gran número de seguidores que, como ellos, están inbuidos de este mismo deseo de compartir el mismo espejismo, la misma ilusión (en el sentido literal de la palabra). Quisiera explicar un poco en qué consiste esto.

Para lograrlo se crean un montón de ‘luchas’ falsas, de ‘movimientos’ puramente reformistas, de “rebeldes”, “activistas” etc, que ni saben ni quieren saber las raíces de ningún problema, pero que son muy buenos en dar la impresión de que ellos, mejor que nadie, conocen dichos problemas y están implicados en solucionarlos. Esta gente suele tener un gran número de seguidores y audiencia, y las personas cultas que han buscado a conciencia la solución de algo y quieren compartirla, al ser más humildes, no tienen el mismo gancho que esos reptiles que actúan como si tuvieran el mundo en sus manos. Ni la verdad ni la honestidad tienen cabida para estos individuos que caerían de su trono moral ante un mínimo análisis racional.

La pasión de tranquilidad lleva a muchos a compartir una serie de “elixires pseudo-revolucionarios” tales como un estilo de pelo, acudir a determinados actos culturales o artísticos, hacer comentarios continuos en las redes sociales como Twitter y Facebook, el veganismo, el reciclaje, las bombillas de bajo consumo, fumar marihuana, llevar determinados símbolos o frases en la camiseta o tatuajes, los partidos políticos, las ONG’s y un largo etc. Es la pasión de parecer revolucionarios o solidarios, de formar parte de la comunidad, de fingir que se ayuda a los demás. Esta pasión podría ser llamada también “izquierdismo”.

No estoy diciendo con esto que ser de izquierdas, fumar marihuana o ser vegano sea algo negativo, sino que muchos lo utilizan para vivir en la creencia de que son participativos del mundo, que hacen un bien al resto del planeta o a quienes los rodean, y no son más que sucedáneos para no hacer nada, pero que quitan la culpabilidad al respecto de la inacción.

He visto tener un relativo éxito actos culturales, donde tan solo se requiere la asistencia y una escucha pasiva, o puede que expresar una opinión. Hemos llegado a pensar que opinar es algo revolucionario. Dentro de poco lo será salir a la calle a dar una vuelta. Veréis, al fijarme en el entorno, no veo nada más que barreras, límites, cosas intocables, señales de advertencia: todo en beneficio de la seguridad. Cuando alguien roza uno de esos límites (por ejemplo, va en bicicleta por la acera y no por la vía roja de las bicicletas) es casi seguro que alguien le advertirá que le puede caer una multa. En este sentido, la población es muy atenta y activa: es una pasión muy fuerte, la de estar seguros, la de no tocar nada, la de dejarlo todo como está, ya que cualquier modificación altera la tranquilidad. De camino a mi casa, había una pequeña zona donde, debido a la no intervención humana, se podía disfrutar de un fragmento de naturaleza. Me alegraba mucho ver que en plena ciudad había una pequeña área realmente bella, con flores rojas, blancas, moradas, y amarillas intercaladas. El otro día, hace una semana más o menos, me encuentro que este trocito había sido arrasado por un operario, el cual con una máquina simplemente se había llevado todo aquello. Y así, es como todo lo que no ofrece seguridad es destruido. Si pudieran poner barreras al mar o cubrir el Sol, lo harían del mismo modo. Solo el dinero impide que esto sea posible.

Con este artículo expongo que junto a esta fuertísima pasión de tranquilidad, han surgido falsos métodos de manipulación psicológica para dar a muchos seres humanos ilusiones de escapar de la soledad o de la indiferencia habituales, y que están contribuyendo a bloquear la posibilidad a quienes analizan en base a hechos reales y que no pueden caer en dogmas, a quienes tienen un pensamiento propio.