VALORES QUE TRANSMITE EL MUNDO DE TOLKIEN.

Supongo que prácticamente todo el mundo conoce el mundo de Tolkien, en particular por las famosas películas de El Señor de los Anillos (ESDLA) y el Hobbit. Quizá para muchos se trate de una simple novela de ficción, sin embargo, mediante esa ficción Tolkien pretendió reflejar una serie de valores, ideas y conceptos muy profundos, de los que es difícil darse cuenta en un primer momento. Me propongo compartir con vosotros los mensajes en clave por así decirlo que yo he podido detectar en estas novelas, ya que tuve la suerte de leerlas un tiempo antes de que surgiera la primera película en 2001, y por ello me forjé una visión del asunto no contaminada por así decirlo por el cine, pese a que reconozco que las películas son muy buenas.

Una de las lecciones más fáciles de sacar es la siguiente: el poder corrompe. El ansia de poder, de dominio, nos acaba degradando y convirtiendo nuestra vida en algo perjudicial para nosotros mismos y para los demás. Eso es lo que representa el famoso anillo, ni más ni menos. El valor positivo que se enfrenta a este ansia de poder es el hecho de valorar el simple hecho de vivir bien, con tranquilidad, en equilibrio y armonía con lo que nos rodea, sin mayores pretensiones. No quiere esto decir conformismo, sino más bien apreciar las cosas sencillas, la tranquilidad, como el estado óptimo de vida. Está demostrado que una vida sin estrés, sana y feliz, con relaciones humanas positivas, con proyectos interesantes, favorece la longevidad.

Un valor completamente vinculado a lo anterior es el de tener un profundo respeto a la Naturaleza. El mundo de Tolkien, para simplificar las cosas, se divide claramente en el bien y el mal, aunque está claro que en todos nosotros hay aspectos buenos o malos. No obstante, a veces los libros simplifican las cosas para dejar más en claro lo que pretenden transmitirnos. Se puede ver que en el lado de los buenos, hay siempre una profunda admiración y respeto hacia el medio natural, su belleza, su riqueza… Mientras que en el lado negativo u oscuro, hay un ánimo de destrucción constante, un ensalzamiento de lo horrible, del sufrimiento. Para comprender esto debemos remontarnos un poquito atrás en el tiempo, dentro de la cronología de Tolkien…

El cosmos según el Silmarillion, se creó por medio de una música del dios Eru o Ilúvatar, el cual creó a una serie de dioses (los Valar) para que cada uno de ellos interpretase una parte de la música. Ilívatar exigió a los dioses a los que había creado que fueran completamente fieles a su música, sin desviarse, para mantener así el equilibrio y la armonía. Sin embargo, uno de los dioses, el más poderoso de ellos, no quería ser un simple súbdito, y empezó a adquirir una fuerte envidia y recelo hacia el resto de los dioses, sus hermanos. Entonces, poco a poco, hizo todo lo posible para meter cizaña, destruir el equilibrio de la música, y hacer que algo no sonara bien. Este dios, Morgoth, al ser el más poderoso, quería todo el poder para él, quería ser el director de los demás, no estar sujeto a control por parte de nadie. Quería dirigir sus propios asuntos a su manera, al margen por completo de lo demás. No le importaba que, con esa actitud, iba a estropearlo todo, pues todas las partes estaban unidas.

Por tanto, otro de los valores más fuertemente claros en Tolkien es el de la lealtad frente al ir por cuenta de uno sin tener en cuenta nada más, es decir, el egoísmo, el ansia de controlar o dominar ámbitos que no nos competen, por pensar que lo nuestro es mejor. Aunque ese pensar que ‘lo mío es mejor’ o ‘yo soy superior’ en realidad no es cierto, proviene siempre de sentimientos de resentimiento, frustración y odio. Los que están en el lado bueno, son por así decirlo, leales a la música original, mientras que los seguidores de Morgoth o de Sauron (que es el principal siervo de Morgoth) buscar crear disonancia, romper el equilibrio.

Puede verse también en Tolkien algo de lo que me he dado cuenta hace muy poco. Veréis, antiguamente en Europa, vivían los celtas. Con el paso del tiempo, los celtas tuvieron que enfrentarse a los romanos, que terminaron aniquilándolos y destruyendo su modo de vida y su cultura. Lo que he descubierto es que, claramente, el mundo de Tolkien es la lucha del mundo céltico contra los romanos, o lo que es lo mismo, contra la civilización urbana moderna, la revolución industrial (como puede verse en la lucha de los árboles contra el mago corrupto Saruman). De hecho, los magos como Gandalf y Radagast, son evidentemente druidas, sabios a los que se respeta por su gran sabiduría y conocimiento. Los elfos son los celtas, y los orcos son los romanos, armados con armaduras, catapultas y máquinas de guerra, formando legiones dedicadas a conquistar y destruir.

Por otro lado, fijaros en lo siguiente. El anillo único solamente puede ser destruido en un sitio: el volcán llamado Monte del Destino, que se ubica en Mordor. ¿Qué representa el fuego de ese volcán? La industria, la energía al servicio de la producción con fines lucrativos, sin duda. Y por supuesto, Mordor no es otra cosa que la ciudad, la megaurbe del siglo XX o XXI. Tiene sentido que la ambición de poder (el anillo) solo pueda ser destruido mediante el fuego, y es lo que ocurrirá en el mundo real: el excesivo desarrollo de la industria acabará autodestruyéndose, alcanzando su límite para luego morir definitivamente. La civilización que conocemos caerá, como lo hizo el poder oscuro, y volveremos a la Naturaleza, los bosques rebrotarán por todas partes, las ciudades se recubrirán de líquenes y de plantas, de múltiples flores, ardillas y jabalíes, todo tipo de animales y peces en los cursos de agua que se harán cada vez más anchos y más limpios. La ambición de poder lleva grabada su propia perdición y aniquilación, de ahí que solo pueda terminarse en el Monte del Destino.

Druidas:

druidas

Mordor:

Mordor

Soldados romanos:

orcos

5 comentarios sobre “VALORES QUE TRANSMITE EL MUNDO DE TOLKIEN.

    1. Pues sí, yo me di cuenta hace poco, pero es que previamente he tenido que estudiar un poquito la cultura celta, su modo de vida, creencias y demás. Es evidente que las historias de Tolkien representan mucho eso: los orcos son los soldados de la civilización moderna en cualquier época, ya sea en la de los romanos o en la actual. Mira la semejanza entre los orcos que he puesto en la imagen del artículo (no me deja poner imágenes en los comentarios) y los legionarios romanos, o los actuales policías antidisturbios, representantes igualmente de la civilización actual (no digo por ello que sean malos 😛 ).

      Me gusta

Deja un comentario